¿Un dron de bolsillo para volar donde quieras? Casi

Mavic Mini pone las cosas difíciles a la normativa

No está fácil el tema de los drones. Volar en ciudad es una misión casi imposible, por cuestiones de privacidad del resto de ciudadanos y por tener un espacio aéreo despejado y prácticamente exclusivo para el uso de la policía. Tampoco cerca de los aeropuertos, dónde los drones pueden ocasionar verdaderos problemas de seguridad.

Para condensar todo esto se ha creado una normativa clara; y es que cualquier nave por encima de los 250 gramos debe ser registrada y acreditada, así como su piloto y el correspondiente seguro universal. Hay países como EEUU que llevan la ley al dedillo y otros que, de momento, esperando los accidentes, pasan un poquito del tema.

En cualquier caso, DJI, principal fabricante de drones ha aplicado el principio universal “hecha la ley, hecha la trampa” y ha sacado el primer dron de 249 gramos, es decir, técnicamente, un juguete que puedes volar donde te venga en gana (con un poquito de cerebro).

No puedes situar el dron sobre la terraza de un vecino que toma el sol desnudo, pero técnicamente sí podrías ir al monumento que más te interesa de tu ciudad y volar tu juguete que, casualmente, tiene una cámara con resolución 2.7K hasta 30 frames por segundo, para que grabes tus vuelos.

No llega a resolución 4K (entre otras cosas porque DJi estaría comprometiendo las ventas de sus otras –y mejores- líneas de drones), pero 2.7K tiene ese poquito de ventaja sobre 1080p para poder re-encuadrar un plano o para ganar ese “extra” de definición que pueda haberse perdido en la compresión de 40Mbits a la que graba.

Tampoco podéis manejar la cámara de forma manual. El dron se encarga de exponer vuestras tomas y de sacar lo mejor de los planos; algo que, una vez más, acerca el dron al público casual y lo aleja de los profesionales que buscan tener control sobre la imagen que posteriormente editarán y venderán.

Además, podréis tomar fotos de 12 MP que, de nuevo, no van a serviros si queréis publicar en la portada de National Geographic, pero dan calidad para hacer una impresión decente y ponerle un marco para lucir palmito en el pasillo de casa.

Como guinda, el precio. 399 euros o 499 euros si queréis comprar el pack con estuche y dos baterías de repuesto con su cargador, precios que, pese a ser dinero, poco pasan de lo anecdótico si tenemos en cuenta el juguete que nos llevamos a casa.

Por lo que parece, Mavic Mini es un dron para un espectro que abarca al principiante que no ha tocado un dron en su vida y quiere llevárselo de vacaciones, hasta el profesional de talla pequeña que pueda querer colar planos de dron en la cobertura de una boda, por ejemplo.

En todo caso, 399 euros para un dron de bolsillo, que pesa menos que tu móvil y que graba video estabilizado a 2.7K es una broma de muy buen gusto.