Shenmue III, la espera casi ha terminado
Dos horas del juego que llega 20 años después del estreno de la saga
Si hoy estoy aquí hablando de las primeras dos horas de juego que he podido disfrutar de Shenmue III en las oficinas de Koch Media España, es gracias a miles de mecenas repartidos por todo el mundo que han sido capaces con sus aportaciones económicas de poner en marcha el proyecto.
Han pasado dos décadas desde que Shenmue maravillara al mundo a través de la Dreamcast y varias generaciones de jugadores aún no han podido olvidar la maravillosa obra de Yu Suzuki. La industria de los videojuegos ha cambiado mucho desde entonces, a veces a mejor, otras a peor. Pero la esencia y el espíritu que desprende este Shenmue III lo convierte ya en un clásico de los videojuegos cuando aún no ha visto la luz.
Falta menos, eso sí. El próximo 19 de noviembre la espera de miles de gamers en todo el mundo habrá acabado con la publicación de Shenmue III del que a continuación os ofrezco mis impresiones.
Para recién llegados
La primera duda que a uno le surge es si dos décadas después este título será capaz de enganchar a algún jugador más de aquellos que ya disfrutaron las primeras entregas en 1999 y 2001. La respuesta es sí. Y no sólo porque los 'recién llegados' tengan la oportunidad desde el año pasado de disfrutar Shenmue I y Shenmue II en PlayStation 4, Xbox One y PC. La aventura que arranca en Shenmue III es asumible y atractiva para quien nunca antes haya jugado (aunque puestos a recomendar, lo mejor es que le dediquéis unas horas a esta franquicia).
Obviamente al principio costará entender algunas motivaciones de los personajes, por dónde transcurre la historia o adaptarse a los menús y los inventarios del juego. Nada que un par de horas no puedan solucionar. Lo universal que Shenmue ofrece es ese viaje a través de Japón, Hong Kong y China para resolver las incógnitas de una historia de venganza donde Ryo Hazuki busca vengar la muerte de su padre e intenta desentrañar los secretos de un misterioso artefacto conocido como el Dragón Espejo.
A nivel gráfico
Contando con un presupuesto relativamente limitado (y muy alejado de las actuales producciones triple A) algo superior a 6 millones de dólares, Shenmue III nos da exactamente lo que estábamos esperando. La belleza del continente asiático con zonas rurales en las que los paisajes te dejan sin respiración están fielmente reflejadas en el juego como sucede con Bailu, la pequeña aldea en la que comenzamos el juego. Sentirse en ese mundo abierto (aunque en las primeras horas algunos caminos están 'bloqueados') con ciclos de día/noche y efectos meteorológicos cambiantes solo está al alcance de otros sandbox que han hecho historia en el género (y cuyos nombres todos conocemos).
Decía antes que el presupuesto era limitado y eso hará que algunas veces el juego os chirríe en algunas secuencias cinematográficas cuyas transiciones no están del todo conseguidas (al menos en el código que pude probar un mes antes de su lanzamiento) o que directamente se repiten 'reciclándolas' para otro momento del juego. Lo mismo se puede decir de la mayoría de las expresiones faciales de los personajes. Pero, insisto, no se puede juzgar de la misma manera juegos con presupuestos de 100 millones con otro que apenas llega a los 10 y que en cierto sentido tiene una apuesta más ambiciosa a nivel gráfico que el primero.
La jugabilidad y la historia
Si Shenmue ha tenido siempre un plato fuerte además de la recreación gráfica, ese ha sido la jugabilidad. La saga sentó las bases de un tipo de entretenimiento que otros videojuegos han continuado durante años. Estamos en un mundo abierto en el que no faltan los toques RPG, la investigación y el misterio, la lucha con las mecánicas de batalla adaptadas del arcade Virtua Fighter (obra también de Yu Suzuki), los quick time events y hasta los populares minijuegos.
Tendremos que desarrollar a nuestro protagonista, entrenándole para la lucha a través a través de combates y entrenamientos perfeccionandole en diferentes estilos de ataque o de resistencia; conduciéndole hacia la resolución del misterio dialogando con los habitantes de la zona; alimentándole y haciéndole descansar para evitar que caiga la vida y la resistencia y gestionando el dinero disponible para evitar gastarlo todo en los adictivos juegos que poblan Shenmue III: desde tirar piedras dentro de cubos desde la distancia, lanzar dados, a carreras de tortugas pasando por cortar troncos.
El jugador controla al adolescente especialista en artes marciales Ryo Hazuki en su investigación de la muerte de su padre y la desaparición del de Shenhua, el NPC que nos acompaña en las primeras horas de la demo. Los jugadores deben explorar el mundo abierto de juego, buscando pistas, examinando objetos y hablando con los personajes no jugables para recabar información, llevándoles hasta las profundidades del territorio enemigo, ahondando en el misterio e incluso más cerca de su destino.
Este camino, como casi todo en la vida, se puede hacer a toda velocidad (lo que implicará una reducción en el tiempo total del juego) o descubriendo cada rincón y cada posibilidad que el juego nos da. Es decir, la demo que probé se podía completar aproximadamente en algo menos de una hora o pasar casi dos largas horas con juegos, hablando con aldeanos, entrenando, etc...
La banda sonora
Si antes he hablado de la parte visual como uno de los aspectos mejorables del juego, Shenmue III es una joya sonora. Su banda sonora es una maravilla oriental capaz de conmovernos y al que hay que añadir el factor nostálgico de esas generaciones de jugadores que disfrutarán del juego como si no hubiera mañana.
Nos queda la duda de cómo evolucionará esta BSO cuando la acción pase de zonas rurales a grandes ciudades con el transcurso del juego. Hay que recordar a los jugadores que Shenmue III estará subtitulado al castellano.
Yu Suzuki junto a otros componentes del equipo original de Shenmue y a Deep Silver han dado vida a través de Ys Net al capítulo que cierra la trilogía (pero no la historia) de Shenmue. El 19 de noviembre, la espera habrá terminado en PlayStation 4 y PC.
Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005