AKIRA vuelve a casa por Navidad en su mejor edición
Norma relanza el manga tal y como se lanzó en Japón
Siempre es buen momento para comprar AKIRA. Repetimos: Siempre.
Hasta la fecha, y más allá de la primerísima edición del manga publicada en España en fascículos, España ha visto dos ediciones reseñables de Akira.
La primera, una réplica de los seis tomos japoneses (bastante acertada para la época) de Ediciones B cuya primera edición vio la luz en 1999 y una segunda, a color, ésta ya publicada por Norma Editorial, basada en los tomos creados para EEUU con supervisión japonesa; posteriormente publicada también en Japón.
Ambas ediciones quedaban muy cerca de las originales, todavía teníamos pegas por resolver.
El sentido de lectura de las ediciones publicadas en España ha sido siempre ‘occidental’, y eso quiere decir que las páginas llegan a nuestro país en formato ‘espejo’, algo que altera el dibujo y que puede molestar a los más puristas.
De igual modo, Ediciones B tuvo a bien incorporar la traducción de las onomatopeyas japonesas para facilitar la lectura, algo que muchos simplemente pasaron por alto pero que no todos agradecieron, echando en falta los dibujos originales de las onomatopeyas japonesas.
Con estas faltas presentes, Kodansha ha dado luz verde a Norma Editorial para sacar a la venta la primera edición “perfecta” de AKIRA siguiendo el patrón original de 1984.
Tomando como referencia la edición de Ediciones B del año 99, que ya tuvo su atención y su cuidado en su publicación; veamos si podemos encontrar las 7 diferencias.
Ambas ediciones tienen portada y contraportada originales. Sutiles diferencias en la intensidad del color, que Norma ha potenciado un poquito en la sobrecubierta (dercha) y en el emplazamiento de las cartelas, pero nada que echar mucho de menos.
Cuando quitamos la sobrecubierta encontramos la primera gran diferencia. Pese a que Ediciones B eligió una imagen de Kaneda muy acertada que podría haber colado como ‘original’, es la imagen de Norma Editorial (derecha) la que se publicó en la edición original de la portada japonesa que ahora tenemos en España por primera vez.
La impresión es de gran calidad en ambos tomos, el papel de las imágenes a color es satinado y el de las páginas en b/n es un papel mate con textura muy similar en ambas ediciones. El gran ‘pero’ llega, como apuntábamos antes en la orientación de las viñetas que, por primera vez en una edición occidental de AKIRA, tiene el sentido oriental de lectura (derecha), frente a la imagen en "espejo" que habíamos visto hasta ahora (izquierda).
Igual de importante para algunos es poder tener las onomatopeyas originales del tomo japonés que, como comentábamos antes, fueron traducidas en anteriores ediciones (izquierda) y, también por primera vez, permiten conservar la forma original de la viñeta apuntando la traducción de forma muy sutil junto a la onomatopeya original (derecha).
También por primera vez en occidente, AKIRA tendrá el lomo de las páginas coloreado. En Japón, cada tomo de AKIRA tiene un color y de ese mismo color es el lomo que conforman todas las páginas; este primero es amarillo y los cinco restantes serán azul, naranja, morado, verde y rojo.
¿Vuelvo a comprar AKIRA?
Aquí la cosa se pone tensa, pero tenemos soluciones para todo.
AKIRA es imprescindible y si no tienes ninguna edición de las publicadas hasta la fecha, la edición que Norma acaba de poner en la calle puede y debe considerarse “definitiva”.
Si tienes AKIRA en color y disfrutaste del sobrio coloreado creado para USA (y posteriormente publicado también en Japón), la adquisición de los tomos b/n debe tomarse en términos de “coleccionismo”.
Del mismo modo, con una edición como la publicada por “Ediciones B” en tu estantería, entendemos esa rabia interior de tener un “casi” en tu poder. Si te consideras fan, no parece una locura la idea de poner en venta tu colección para volver a comprar los 6 tomos en los próximos meses.
En todo caso, conste en acta que la nueva edición de AKIRA puede y debe considerarse “definitiva”; lo que cada uno haga con eso que se decida en la intimidad de su pensamiento.