Especial
6 películas para ver tras los discursos de Greta Thunberg y Bardem en la Marcha por el Clima
La activista sueca, acompañada del actor español, fue protagonista en las manifestaciones celebradas durante la Cumbre del Clima
Que el cambio climático es una amenaza palpable que ha llegado para quedarse es una evidencia. Greta Thunberg, la activista climática sueca de dieciséis años, ha visitado la capital española para recordarnos que el fin está cerca y que probablemente dentro de unas décadas nuestras cómodas vidas vayan a convertirse en una cruel película de terror. En su periplo madrileño la ha acompañado el actor Javier Bardem, quien también ha oficiado un discurso comprometido con el medioambiente. Mientras los políticos se reúnen para parlotear en la Cumbre del Clima de Madrid (la conocida como COP25) y hacen oídos sordos a las advertencias de Thunberg y a los científicos que respaldan su señal de alarma, nosotros tratamos de amenizar la espera del fin del mundo con una selección de películas relacionadas con los posibles efectos del cambio climático. Algunas más drásticas que otras, eso sí.
El día de mañana (2004), Roland Emmerich
No es la manera más esperanzadora de enfrentarse a la amenaza de la crisis climática, pero sí la más entretenida. Tsunamis que arrasan grandes ciudades, granizo del tamaño de bloques de hielo –alguno parecido se ha visto por Madrid– y los efectos drásticos (y científicamente imposibles, vale) de la subida de las temperaturas y las mareas. Nueva York no va a convertirse en un río, y quizás a Roland Emmerich no debamos tomárnoslo muy en serio, pero a más de uno le ayudará a reflexionar sobre si realmente merece la pena que la Tierra acabe como en El Día de Mañana. Protagonizan Dennis Quaid, desaparecido de los grandes proyectos cinematográficos, y un joven Jake Gyllenhaal.
The Road (2008), John Hillcoat
Un mundo postapocalíptico devastado por la acción del hombre. Es lo que queda de The Walking Dead sin los zombies. El más puro comportamiento bárbaro entre humanos despiadados. El cambio climático puede ser trágico para nuestra especie y acabar con algunas grandes ciudades, pero quien realmente acabará con el hombre será el propio hombre. Es la reflexión que se extrae de este viaje de ritmo más sosegado que se desarrolla en un desolado paraje gris que antaño estuvo lleno de vida. Viggo Mortensen está estupendo, y John Hillcoat dirige esta aventura futurista como una road movie en clave indie. Adaptación de una obra de Cormac McCarthy.
Una verdad incómoda (2006), David Guggenheim
Al Gore en el pico más alto de su carrera. Un documental sobre los drásticos efectos que podría generar el cambio climático de no ser contrarrestado por el ser humano en los próximos años. El documental es de 2008, así que viéndolo en 2019 no es que vayamos demasiado bien. Las advertencias de Gore, catastrofistas y exageradas para unos, sabias y enigmáticas para otros, no paran de suscitar polémica.
Waterworld (1995), Kevin Reynolds
Otro futuro desolador, donde las ciudades han cedido ante la crecida del nivel del mar y los humanos que han sobrevivido luchan como bestias por subsistir en un mundo inundado. Kevin Costner era entonces una de las mayores celebrities de Hollywood, y en esta película, donde un grupo de supervivientes trata de encontrar un paraíso "seco" donde vivir, está estupendo. Lamentablemente fue un rotundo fracaso de taquilla.
Snowpiercer (2013), Bong Joon-ho
Una cruel metáfora sobre cómo podríamos vivir en el futuro. Un grupo de científicos trata de revertir el cambio climático con un experimento de ingeniería... y destruye el ecosistema del planeta. Solo sobrevive un grupo de personas a bordo del tren Snowpiercer, que está dividido en vagones según la clase social de cada uno. Las revueltas entre ricos y pobres, la soledad y la devastación del entorno son el leit motiv de esta obra coreana de ciencia-ficción con Chris Evans y John Hurt de protagonistas.
Interstellar (2014), Christopher Nolan
La gran obra maestra de Christopher Nolan después de El Caballero Oscuro es una reminiscencia con tintes nostálgicos de aquella ópera espacial de Stanley Kubrick, 2001: Una odisea del espacio. En este caso, Nolan pone a Matthew McConaughey a surcar el espacio para encontrar la llave que pueda salvar a la Humanidad de su extinción. ¿La razón? Las constantes tormentas de arena han hecho irrespirable el aire del planeta. Una fábula muy realista –con toques de ciencia-ficción metafísica– que pone de relieve nuestra vulnerabilidad como especie.