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Los 7 slasher más bestias que debes ver tras ‘Navidad Sangrienta’
Sangre, vísceras y mucha tensión en estos títulos destacados del terror
¡Ah, benditos slasher! Aquellas películas de terror protagonizadas por psicópatas desequilibrados sin ética ni moral que, en un alarde de despiadada indiferencia hacia la vida humana, perseguían, atemorizaban, mataban y descuartizaban a sus víctimas. Este viernes nuestra película recomendada, Navidad Sangrienta, llega a los cines españoles. Como os va a despertar ese macabro gusanillo, os recomendamos siete películas para ver en casa al salir del cine.
La matanza de Texas (1974), Tobe Hooper
En cualquiera de sus versiones, aunque preferiblemente la original de 1974 dirigida por Tobe Hooper (es infinitamente más violenta y terrible que las demás) o, en su defecto, el remake de Marcus Nispel de 2003 con Jessica Biel. Es la película que abrió la veda a las cintas de asesinos en serie donde los adolescentes se convertían en carne de cañón fácilmente apuñalable.
Esta vez la acción se sitúa en la América rural y el asesino, que lleva una motosierra y una máscara elaborada con piel humana, se basa en la figura del asesino en serie real Ed Gein. Aún sigue despertando escalofríos aquella escena en la que, sobre un cubo, un anciano trata de abrirle –insatisfactoriamente– la cabeza a la protagonista con un martillo.
La noche de Halloween (1978), John Carpenter
Tras Tobe Hooper y su Matanza de Texas llegó John Carpenter con Halloween. Su éxito puede verse en su legado, a pesar de que este sea un poco mediocre: lleva casi una decena de secuelas o remakes. Es una obra inagotable que sentó precedente en el género de terror. De nuevo, su versión original, la de 1978, con Jamie Lee Curtis y Donald Pleasance, sigue siendo la mejor. Un asesino psicópata, Michael, da rienda suelta a sus pasiones homicidas durante la noche de Halloween.
Tucker y Dale contra el mal (2010), Eli Craig
Una divertidísima comedia de terror protagonizada por Alan Tudyk (Rogue One: Una historia de Star Wars) y Tyler Labine (Escape Room) que da una vuelta de tuerca al género. Un grupo de adolescentes pierde a su amiga en el bosque y es rescatada por dos granjeros paletos. Sus amigos, que creen que son unos asesinos que la tienen secuestrada, tratan de salvarla, pero uno a uno van muriendo en circunstancias excéntricas, como cuando uno de ellos se dispara accidentalmente con un revólver. Muy original y extremadamente entretenida.
Pesadilla en Elm Street (1984), Wes Craven
Si naciste en los 70 esta película te habrá quitado el sueño durante semanas. Quizás ahora esté un poco desfasada y no despierte tanto miedo como en 1984, pero Pesadilla en Elm Street, con aquel terrible Freddy Krueger que asesinaba en sueños, se convirtió en un icono a mediados de los ochenta. La dirigió Wes Craven y encumbró a Robert Englund a icono del horror. Además, fue uno de los primeros papeles de Johnny Depp, que fue convertido (SPOILER) en una papilla de sangre y huesos mientras echaba una cabezadita.
Los renegados del diablo (2005), Rob Zombie
Que Rob Zombie no está muy cuerdo lo podemos averiguar con tan solo echar un ojo a cualquiera de sus entrevistas. O a sus películas. Primero fue La casa de los 1000 cadáveres y después firmó esta brutal secuela protagonizada por Sid Haig. Una de las películas más brutales que se han rodado en el cine reciente, probablemente porque penetra tan bien en la sensación de locura de la familia de asesinos protagonista, los Firefly, que genera pavor y la sensación de que no existen normas en el infierno.
Alta tensión (2003), Alexandre Aja
Alexandre Aja es otro de los iconos del slasher moderno. Cabezas cortadas, familias enteras pasadas a cuchillo y disociación de la personalidad. Un totum revolutum extremadamente sangriento firmado por el francés Aja, también director del remake de Las colinas tienen ojos y la recién estrenada Infierno bajo el agua. Padece algunas lagunas de guion y está un poco forzada, pero funciona como divertimento extremo.
La cabaña del bosque (2012), Drew Goddard
Otra comedia de terror que sirve de homenaje a decenas de películas de horror clásicas. Monstruos, ciencia-ficción, zombies y un grupo de adolescentes –entre ellos Chris Hemsworth– se mezclan en este sobrenatural y surrealista experimento cinematográfico firmado por Drew Goddard. Es considerada por la crítica uno de los productos del género más originales de la década.