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¿Sabes cuáles son los propósitos de Año Nuevo más comunes?
¡Allá vamos, 2020!
Cada vez que un año termina comienzan los balances alrededor. Qué ha ido bien, qué se puede mejorar, los rankings sobre lo que ha ocurrido en los doce meses anteriores, esperanza para el nuevo comienzo… entre ese sinfín de tradiciones que acompañan cada final de diciembre, acompañadas por supuesto de ropa interior roja (todo sea por llamar a la buena suerte), se encuentran los inconfundibles propósitos de Año Nuevo. Algunos de ellos llegan a su fin y cumplen su objetivo, pero otros bien podrían convalidarlos año tras año y, probablemente, jamás lleguen a nada. Sea como sea, te presentamos los más comunes entre los españoles. Pura originalidad, vaya.
Un clásico donde los haya. En enero las matrículas de los gimnasios vienen de regalo, te has pedido a los Reyes Magos ropa de deporte con tal de concienciarte y, lamentablemente, en muchas ocasiones lo que comienza con mucha motivación termina en un abandono en apenas unas sesiones de gym. Lo mismo ocurre con comer sano, que muchas veces nos acordamos del propósito cuando ya están las torrijas entre nosotros y las enlazamos con los helados. ¡Querer es poder!
Junto con el anterior es uno de los más comunes entre os españoles y uno de los menos cumplidos. Y no porque no sea necesario, ya que, el inglés es una de las tareas pendientes de nuestro país.
Este se puede enlazar con otros dos de los más socorridos. El anterior, aprender inglés y con una nueva aparición: Ahorrar dinero. Si consigues estos tres ya te puedes dar por satisfecho. De hecho, si eres de los que han incluido estos objetivos entre sus próximas prioridades, puedes tomártelo como una acción en cadena. Si ahorras, viajarás más y si aprendes inglés, tendrás menos barreras en el extranjero y te sentirás más a gusto cuando viajes. ¡Todo son ventajas!
La salud es lo primero y siempre es un buen momento para comenzar a mirar por tu estado físico. Por lo que, éste, es uno de los más aplaudidos. Si has tomado esta decisión, ¡enhorabuena!
¿Las notas te han dado algún que otro disgusto? O, ¿simplemente te encantaría dedicar tiempo a aprender eso que te encanta pero para lo que nunca encuentras hueco? El saber no ocupa lugar y alimentar las inquietudes personales estudiando aquello que te apetece siempre es buena idea. En el caso de que no te apetezca demasiado, pero tengas que aprobar, ¡piensa en lo fantástico que será tu verano sin exámenes de septiembre de por medio!
En esta época en la que vivimos anclados a las pantallas y redes sociales, muchas veces no nos damos cuenta de que pasamos por alto la importancia que tiene compartir experiencias reales con la gente que más nos importa. ¡Empieza en Navidad! Tienes ante ti la ocasión perfecta, así que, si piensas que estás un poco desconectado de los tuyos, sácale conversación a los más mayores o llama a ese amigo con el que hace tiempo que no hablas y aprovecha para felicitarle las fiestas.
Están aquellos que tienen ciertos problemillas con las comunicaciones.
Los que creen que, como diría Rosalía, han nacido para ser millonarios.
Incluso, también hay espacio para los aún indecisos.
En primer lugar, lo más importante es plantearse retos alcanzables y no metas utópicas. Además, un factor clave para que ese propósito llegue a cumplirse es que lo veas como algo con lo que puedes disfrutar al incorporarlo a tu vida y no como una obligación. Por otra parte, la mayoría de los deseos se esfuman al poco tiempo y se quedan en las tareas pendientes por la poca tolerancia a la frustración, así que, en lugar de abandonar, ¡permítete caer! Si comentes algún fallo, aprende de él y evita repetirlo la próxima vez. Como consejo extra: si comentas con la gente cuál es tu propósito de Año Nuevo, tendrás mayores posibilidades de hacerlo real, ya que, decirlo en voz alta hará que te lo tomes más en serio y no se quede en una simple idea.