Agreden a un hombre que sacó un móvil en el estreno de ‘El ascenso de Skywalker’: “¡Soy fan de ‘Star Wars’!”
El incidente ocurrió en Vancouver y el agresor provocó que la película se tuviese que proyectar de nuevo
El fanatismo nunca ha sido la mejor herramienta para llegar a acuerdos y entablar diálogo. Tampoco ayuda que con quien intentas negociar no te mire ni a los ojos porque está obsesivamente enganchado a los dispositivos móviles. Ambos arquetipos posmodernos han sido los protagonistas de un remarcable suceso en el estreno de Star Wars: El ascenso de Skywalker. Mientras se reproducía la última película de J. J. Abrams, uno de los asistentes extrajó un teléfono móvil y se puso a chatear con su niñera, que estaba a cargo de sus hijos.
Quizás fueran simplemente unos segundos o algo constante durante varios minutos, no lo sabemos porque no está registrado en vídeo. Hasta aquí, nada que no hayamos visto en un cine: los típicos pesados que no son capaces ni de aguantar dos horas en una sala oscura sin tirar del WhatsApp. Sin embargo, el típico "chssst", "deja el móvil" o "ya está el de la pantallita" ha llegado a más, y un fan (presumiblemente muy, muy fan) de Star Wars se ha levantado de su asiento y le ha empezado a gritar a la cara al tipo de la pantalla.
Este le pidió que se calmara, que no había por qué sacar las cosas de quicio y hasta amenazó con llamar a los acomodadores si no bajaba la voz. Eso fue la gota que colmó el vaso: el fan número 1 de Luke Skywalker usó la fuerza y arremetió contra el adversiario. Un certero puñetazo que hizo que el resto de la sala interviniera, jaleara al "héroe" y llamara a los responsables de la sala, que llegaron anonadados ante el dantesco suceso.
La escena posterior es digna de ser enmarcada: los acomodadores empujan al tipo hacia la puerta. Mientras, él no para de gritar, en éxtasis: "He esperado durante un año para ver esta película", "Vosotros sois unos pérdedores, siempre con los teléfonos en la mano" y "Soy un verdadero fan de Star Wars", son algunas de las frases gritadas por señor, de camisa blanca y corbata, mientras el resto de la sala se divide entre aplausos y abucheos.
Al final el cine tuvo que volver a reproducir desde el principio la película. Poesía del siglo XXI.