Especial
Víctor Monigote, director de ‘La gallina Turuleca’: “Me muevo por impulsos del corazón, por eso soy pobre”
La película está protagonizada por las voces de Eva Hache y José Mota
Víctor Monigote ha dedicado parte de su vida a escribir storyboards y proyectos de animación. Más de dos décadas dedicado a dibujar dan cuenta de que lo suyo es más pasión por el oficio que necesidad de ganar prestigio. "No había dirigido nunca y tras casi veinticinco años dedicado a este oficio era un paso evolutivo natural", explica Monigote, que coridirige La gallina Turuleca junto a Eduardo Gondell. "Es muy fácil hacer un guion tuyo con personajes propios, pero a mí me gustan los retos: coger la gallina y hacer que funcione para todo el mundo", explica el artista.
Hay un poco de ambas. Obviamente hay una parte de marketing porque venimos detrás de todas las productoras y megaempresas yanquis que pusieron de moda que los dobladores fueran actores famosos y aquí tenemos que hacerlo igual, solo que en este caso también hemos trabajado con dobladores normales. Sin embargo, da la casualidad de que José Mota y Eva Hache lo han hecho espectacularmente bien: ella es una Gallina Turuleca buenísima, con esa voz y manera de ser suyas, y él es un crack que ha hecho a un malo tremendo.
Deberíamos recuperar siempre lo bueno, porque como en todas las cosas da igual si son antiguas o no: recupéralo para la gente de ahora. Me gustaba que La gallina Turuleca tuviese un aire nostálgico. Quería transmitirle eso a los padres que la vieran. De hecho en el estreno de San Sebastián funcionó perfectamente: los niños reían, lloraban, gritaban, se preocupaban o se alegraban cuando debían hacerlo. Mientras veía eso pensaba que a los padres no les iba a gustar, pero justo fue al contrario: se me acercaron y me dijeron: "Oye, tenía muchas ganas de ver algo así". No es un personaje que no les va ni les viene, sino que han crecido con él y le tienen cariño.
Es beneficiosa para los niños porque lleva el sello de recomendada especialmente para la infancia del ministerio de Cultura de España, que se lo dan a muy pocas, pero creo que los padres se lo pasarán muy bien. Es la película familiar por excelencia: abarca desde mis tíos y mis padres hasta mí, y después también a mis hijos y mis nietos, si los tuviera.
Estamos viviendo un cambio en todo el mundo. El cine lo que tiene que hacer es adaptarse, ofertar algo distinto en salas para poder competir. Quizá eso pase por el 3D o la holografía, no lo sé, pero en esta vida es adaptarse o morir. Esas nuevas plataformas restan clientelas, cada vez va menos gente al cine... Pero claro, antes era triste ver una película en una televisión de tuvo, pero ahora mismo por dos duros te montas una sistema buenísimo y ves unas películas espectaculares y encima de forma legal. Algo tienen que oferta los cines para competir, aunque sea bajar el precio de las entradas.
Es complicado cuando entran grandes productoras con mucha pasta. Mira cómo hizo Tom Cruise al comprar los derechos de Abre los ojos. Ponen un pastón y hacen su versión allí. Es imposible competir con Disney, no podemos enfrentarnos, así que hay que salir adelante y que no te importen tentaciones como el dinero o la fama.
Esto es algo que se ha dado de manera espontánea, así que no tengo claro si en el futuro quiero estar o no en la parte de la dirección o prefiero estar en producción creativa. Lo tengo que estudiar. Ha sido una paliza muy importante esto de dirigir. Yo me dedico a tantas cosas que no sé si tendré tiempo para otra animación. Han sido tres años. Dependerá mucho de qué película sea: yo me muevo por impulsos del corazón, por eso soy pobre como una rata. Si me apetece hacer algo, aunque no gane dinero, lo voy a hacer. Mi capacidad de sacrificio está relacionada con mi amor hacia la profesión.
Estamos trabajando en el guion de una historia que, la verdad, no sé cómo no se le ha ocurrido antes a nadie. Estoy trabajando en ello con el codirector Eduard Gondell. Es un guion que puede funcionar muy bien para una animación... o una ficción con pantalla azul. Luego tengo otros dos guiones entre manos: en uno llevo trabajando 17 años. Primero iba a ser cómic, luego una serie... y ahora quiero que sea una película. Pero, naturalmente, aún no puedo avanzar nada.