Especial
Un polémico examen de ortografía ha dejado sin plaza a 4.000 opositores
Los aspirantes a Policía Nacional están indignados
Muchos de los aspirantes a Policía Nacional en nuestro país están en pie de guerra con una polémica que ya ha llegado hasta el Congreso de los Diputados. La razón es uno de los exámenes que ha eliminado del proceso de selección a, nada más y nada menos que, aproximadamente 4.000 opositores de los 16.000 que se presentaron. En concreto, esto ocurrió en el examen de ortografía.
Un total de 3.900 personas de las que se presentaban han suspendido la prueba en la que, en un total de 8 minutos, había que seleccionar qué palabras de un listado de 100 estaban escritas de manera incorrecta. Hasta ahí todo en orden. Lo que ha sembrado la polémica entre los aspirantes ha sido la aparición de ciertas palabras que llevaban a confusión como ciberataque, reditar o siglas como LGTBI. Estas tres han sido las principales protagonistas de las quejas, ya que estaban señaladas como correctas.
Un informe que ha elaborado la propia Real Academia de la Lengua Española (RAE) sostiene que ciberataque, sostienen, está correctamente formada por adición del elemento compositivo prefijo ciber al sustantivo base ataque. En cuando a LGTBI, sostienen en primer lugar que es una sigla, no una palabra, pero que sí está correctamente formada. Por último, sobre reditar, la RAE insiste en que también es correcta, aunque se use menos.
Por si esto fuera poco, los opositores a policía también se han encontrado con la sorpresa de una subida de la nota de corte de este examen, fijada esta vez en un 6,2. Algo que se puede hacer como medida de filtro, de hecho, el pasado 2012 ascendió a un 7. Sin embargo, los examinados argumentan que en esta ocasión se ha hecho sin haberse fijado previamente en las bases reguladoras del examen.
Una historia parecida a la que ya había ocurrido el pasado verano con el examen de oposiciones a Guardia Civil que incluía palabras como "Hazquiriente", "javaque" o "dexcrecían", escritas de esta forma. En este caso, además, la queja se centraba en el argumento de que entre los dos modelos de examen que existían los afectados decían ser muy desiguales entre sí.