Especial
La antesala de los Óscar: Tarantino y Mendes arrasan en los Globos de Oro 2020
'Érase una vez en Hollywood' y '1917' fueron la gran sorpresa de la noche, a costa de la derrota de Banderas, Almodóvar y Netflix
Los Globos de Oro 2020 han sorprendido a los telespectadores por el éxito arrollador de 1917 frente a las grandes favoritas de la noche: El irlandés e Historias de un matrimonio. La vuelta a la gran pantalla de Martin Scorsese y su troupe mafiosa se ha ido con las manos vacías, y ni Scarlett Johansson ni Adam Driver han podido alzarse con la esperada estatuilla por sus magistrales interpretaciones en el drama de Noah Baumbach.
Fue una noche reñida en la que Joaquin Phoenix y Reneé Zellweger eclipsaron al resto de contrincantes en las categorías interpretativas principales gracias a su trabajo en Joker y el biopic dramático sobre Judy Garland, Judy, que se estrena el 31 de enero en cines españoles. El británico Sam Mendes dio la gran campanada de la noche, y tanto la cinta bélica rodada en falso plano secuencia como él se llevaron el Globo de Oro a mejor película y mejor director.
En las categorías secundarias sorprendió Brad Pitt, quien alcanzó el galardón por encarnar a Cliff Booth en la sátira hollywoodiense de Quentin Tarantino, Érase una vez en Hollywood, que también consiguió el de mejor película cómica o musical y mejor guion, lo que la encumbra como la cinta más premiada de la noche, solo por detrás de la ópera bélica de Mendes y Joker, que aparte de Phoenix consigue un premio para Hildur Gudnádottir, artífice de su banda sonora original.
Rocketman también fue una de las grandes sorpresas. El biopic sobre la vida del cantante y compositor británico Elton John consiguió dos suculentas recompensas: mejor actor principal en comedia o musical para Taron Egerton y la que muchos esperábamos: mejor canción original por I'm Gonna Love Me Again. La cinta de Dexter Fletcher con Richard Madden (Juego de Tronos) y Jamie Bell (Billy Elliott) de coprotagonistas quedó en el segundo puesto de más nominadas.
El fracaso de Netflix en los premios es más que evidente: entre El Irlandés, Historias de un matrimonio y Los dos papas, la otra gran perdedora de la noche, sumaba 15 nominaciones, de las cuales tan solo ha obtenido una: mejor actriz de reparto para Laura Dern, la abogada Nora Fanshaw que acompañaba a Nicole en su ruptura matrimonial. Ni Jonathan Pryce ni Anthony Hopkins consiguieron batir en duelo a sus respectivos contrincantes. Tampoco Al Pacino ni Joe Pesci, quienes fueron vapuleados por la esbelta figura del actor de Seven y El club de la lucha.
Ni Antonio Banderas ni Pedro Almodóvar se llevaron nada, como era de esperar, tras la despiadada sátira social de Bong Joon-ho, Parásitos, quien se hizo con el de mejor película extranjera. Por su parte, las serie La Sucesión y Fleabag arrasaron en sus categorías de mejor drama y mejor comedia, con Brian Cox (La Scuesión) y Olivia Colman (The Crown) como principales galardonados. Chernobyl fue la mejor miniserie de televisión de la noche y Russell Crowe vio recompensado su drástico cambio de imagen con el drama político La voz más alta, así como Michelle Williams, quien entregó una magistral interpretación en Fosse/Verdon, el drama musical biográfico sobre Bob Fosse y Gwen Verdon.
Ricky Gervais protagonizó una gala incómoda con chistes que, para algunos, estaban salidos de tono, y arremetió contra la industria cinematográfica con chascarrillos sobre abusos, suicidios, pederastas y hasta el vello púbico de Judi Dench en Cats, de la que dijo que le encantaba lamerse el parrús. No dio puntada sin hilo: "Tenemos a algunos de los mejores directores del mundo en la sala, y todos tienen terror de Ronan Farrow", espetó el conductor de la gala entre visible incomodidad de algunos asistentes. Era la última vez que Gervais presentaba la gala. "¿Qué importa entonces?", satirizaba el humorista