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El horror reciclado en serie: Chucky y ‘El silencio de los corderos’ vuelven a la carga
El muñeco diabólico lo hará en una serie de televisión para SyFy y la cinta del asesino Hannibal Lecter con la 'Clarice' de CBS
El año nuevo ha llegado cargado de toda clase de excéntricas novedades en la industria de las series. A lo largo de esta semana hemos conocido que el canal SyFy va a recuperar la horripilante -por tétrica- historia del muñeco diabólico, Chucky, para reciclarlo en una serie de televisión. El canal de televisión ha fichado al creador de Channel Zero, Nick Antosca, como showrunner. Una decisión con la que está de acuerdo Don Mancini, creador del trapo asesino, quien no estuvo para nada satisfecho del remake que dirigió Lars Klevberg en 2019.
Por si esta noticia no fuera poco, CBS ha dado luz verde para rodar la primera temporada de Clarice, la secuela de El silencio de los corderos. Recordamos que Jodie Foster interpretó a Clarice Starling en la mítica cinta de terror con la que se popularizó el escalofriante personaje de Anthony Hopkins, Hannibal Lecter, y por el que recibió un Óscar a mejor actor principal. Clarice seguirá la trayectoria de la agente del FBI en su persecución de asesinos en serie.
Una era de remakes
¿Hasta qué punto estos remakes tienen sentido? En una época en la que la creatividad de la industria cinematográfica (aquí incluimos la de series) vive momentos conflictivos, es cada vez más común tirar del éxito de viejas glorias para recuperar taquilla.
El silencio de los corderos era una película redonda. Ridley Scott trató de mejorarla con una secuela en 2001 protagonizada por Julianne Moore. A pesar de contar de nuevo con Hopkins y tener éxito en taquilla, no consiguió la atmósfera claustrofóbica con la que Jonathan Demme impregnó a su oscarizada obra maestra de 1991.
Algo parecido ha ocurrido con Chucky. El slasher sobre el muñeco asesino inspirado en la obra de Don Mancini que dirigió Tom Holland en 1988 tuvo una gran popularidad entre los fanáticos del terror. Le siguieron nada más y nada menos que ocho continuaciones, entre secuelas, remakes y spin-offs, entre ellos La novia de Chucky y La semilla de Chucky. Hasta el pobre Brad Dourif (Deadwood, Sangre sabia) se vio arrastrado a Cult of Chucky en 2017, en lo que podría ser una dilapidación definitiva de su carrera.
El eterno spin-off de Hollywood
¿Hasta cuándo Hollywood y sus adeptos sicarios del arte seguirán alargando el chicle? ¿Pararán alguna vez los revivals, remakes, spin-offs, secuelas y otros productos de marketing innecesarios? ¿No es mejor volver a los originales para capturar la esencia de su éxito? ¿O es realmente legítimo aprovecharse de la fama de sus predecesoras para sacar rentabilidad?
Quizás sea esa la única manera de dar a conocer viejas glorias del pasado a las nuevas generaciones. Y es que sin Yo soy Dolemite pocos jóvenes de la generación Netflix sabríamos quién es Rudy Ray Moore o el blaixplotation. Luces y sombras del presente.