El coronavirus de Wuhan se ceba con la industria del cine en China

Los estragos de la extraña neumonía de Wuhan ya se están empezando a notar en China: la ciudad de once millones de habitantes en la que nació este peculiar brote de coronavirus ha sido cerrada a cal y canto. Ni transportes, ni aviones. Carreteras cortadas para impedir la salida o entrada. Una situación drástica que empieza a revelar la magnitud de esta posible tragedia.

Una de las grandes afectadas, más allá de las decenas de muertos y cientos de infectados, es la industria del cine. Decenas de distribuidoras y productoras han tenido que cancelar sus estrenos de esta semana como medida de seguridad preventiva.

Los cines estaban devolviendo los tickets a quienes habían hecho reservas para evitar la masificación de las salas. Aducen que es mejor evitar espacios cerrados con grandes aglomeraciones.

Fuera de China aún esperamos la decisión de la reunión de la Organización Mundial de la Salud, que valora si declarar la emergencia internacional tras la aparición de casos en Estados Unidos, México y Australia, además de en Japón, Tailandia y Corea del Sur.

Pérdidas millonarias para las productoras

Siete grandes producciones que tenían previsto su estreno esta semana han decidido postergar su proyección en salas, lo que supone unas pérdidas de casi mil millones de euros (un promedio estimado de las ganancias durante el fin de semana en cartelera).

Algunas ya tenían las salas llenas gracias a las reservas anticipadas e iban a ser (o al menos así lo estimaban los expertos) grandes éxitos de traquilla.

Películas como Detective Chinatown 3, Lost in Russia, Vanguard y las animación Boonie Bears: the Wild Life, entre otras, iban a estrenarse durante el Festival de Primavera, que arranca el 25 de enero y que conmemora el inicio del nuevo año chino. Pero su estreno se ha aplazado, lo que supone un duro revés comercial para la industria nacional.