Especial
Fujifilm X100V, ¿la mejor cámara compacta del mercado?
Casi perfecta, pero no para todo el mundo
Si hace poco hablábamos de la serie X-T y de lo inmediato que podría ser su regreso con una renovada XT-4, hoy es el turno de la serie compacta de Fuji, la X100.
Una cámara también de sensor recortado (APSC) pero de lente fija en esta ocasión, para limitar un poco los recursos del fotógrafo y sacar lo mejor del mismo, al tiempo que se aligera el departamento fotográfico de sus viajes.
Guardando el diseño que ha caracterizado a la serie los últimos años, esta X100V puede parecer que llega sin novedades, pero nada más lejos de la realidad.
En primer lugar, es la primera cámara de esta serie que puede presumir de un cuerpo sellado; tan sólo os hará falta un filtro frontal enroscado sobre la lente para poder dormir en el Sáhara con la conciencia tranquila.
También por primera vez puede abatirse la pantalla, para facilitar ciertos ángulos de disparo al fotógrafo. No llega a girar para el rollito “Vlogger”, pero la posibilidad de abatirla ya es un paso y, además, cuando se cierra, queda completamente enrasada con el resto del cuerpo, que es un detalle.
Otra característica importante de las X100 de Fuji es su famoso visor híbrido. Pocas cámaras tienen la posibilidad de ofrecer un visor óptico tradicional, un visor electrónico con mayor resolución e información o la posibilidad de combinar ambos, y todo simplemente pulsando una palanquita.
Esta nueva compacta de Fuji incorpora el sensor de 26 megapixeles que vimos en la X-T3 y la lente (no intercambiable, porque es compacta) es un 23mm f2 de nueva generación.
¿Qué significa eso? Pues lo de “de nueva generación” siempre es bueno, porque se traduce en una mayor nitidez. Por lo demás, una focal 23mm en APSC que equivale a un 35mm en formato completo es posiblemente la óptica más versátil que puede haber y la que elegirías si sólo pudieras tener una en tu colección. Hablamos de una óptica lo suficientemente ‘angular’ para presentar planos generales y con buenas opciones para sacar retratos y fotografía de detalle.
Vamos, que un 16mm sería demasiado angular y un 50 mm sería demasiado “cerrada” para ciertas tomas generales.
La f2 implica cierto límite de apertura (paso de luz), pero más que suficiente sobre todo teniendo en cuenta que el sensor que lleva esa cámara funciona muy bien en condiciones de poca luz.
También estrena procesador para la serie 100, lo que garantiza una velocidad de disparo bien sana (de hasta 11 disparos por segundo) y que el auto-foco función correctamente siempre.
El problemilla llega con el precio, 1500 euritos. Por muy poquito más tienes una X-T3 con un óptica zoom brutal (la que viene con el kit), lo que hace algo más difícil comprar una cámara tan específica y limitando como esta.
Los bolsillos más confortables podrán comprar está X100V como “cámara de viaje” y la tendrán en casa para asegurar que no hay día sin cámara, sin importar el peso que lleven echado a la espalda.
Aquellos que busquen una cámara “principal” para su hobby deberían echar el ojo a la serie X-T y esperar al 26 de Febrero; fecha en la que Fuji presentará el nuevo modelo de la serie.