Conoce a Yeti, el divertido (y feo) perrito de Martin Scorsese
Francesca, la hija del director, ha publicado una desternillante foto de su padre junto a la pequeña mascota
Martin Scorsese no es el tipo con mejor humor de Hollywood, aunque quizás sí es uno de los más talentosos de todos los tiempos.
Son conocidos sus desmanes contra el cine de Marvel, que considera de categoría inferior o no-arte, o los caretos que puso mientras Eminem cantaba su Lose Yourself durante la gala de los premios Óscar.
El Irlandés era una de las grandes aspirantes a competir, y también fue una de las más vapuleadas de la noche: diez nominaciones pero ningún premio. De hecho, ha entrado de cabeza en el tercer puesto de películas más nominadas que no se han llevado Óscar.
Tan solo la superan El color púrpura y Paso decisivo, que obtuvieron once nominaciones y se fueron con las manos vacías.
Para amortiguar un poco el batacazo de Scorsese durante la gala, su hija Francesca, aquella misma que le troleó enviándole un regalo envuelto en papel de Marvel, ha publicado una divertidísima foto en la que aparece su padre con una enorme cara de cabreo sosteniendo un premio de consolación junto a su perro, Yeti.
Y es que Yeti nos parece adorable, aunque un poco feo. Peludo, blanco y con cara de malas pulgas. Todo un abominable ser de las nieves.
Al menos en esa foto, porque la mascota tiene un perfil de Instagram en el que Francesca ha subido varias imágenes. Y Yeti ya se ha hecho muy famoso, porque tiene una nada más y nada menos que junto a Robert De Niro, íntimo amigo de Scorsese, que lo sostiene con mirada inquisitiva durante un trayecto en avión.
El director de Malas Calles, Taxi Driver y Toro Salvaje nunca ha escondido su pasión por los animales. De hecho, en sus publicaciones de Instagram suele aparecer con las mascotas de la familia.
A Yeti lo acompañan Mac, Jasmine y Flora, tres terriers que también tienen su propia cuenta de Instagram: The Scorsese Dogs. ¿Qué le parecerá a Martin dedicarle tanto tiempo en redes sociales a unos perros? Probablemente tampoco le acabe de convencer.