Así es ‘DAU. Natasha’, la película explícita y con torturas que ha revolucionado la Berlinale

Un gigantesco proyecto multimedia que incluye varias películas e instalaciones artísticas diseminadas por Europa

Imagen de la película 'DAU. Natasha', proyectada en el Festival de Cine de Berlín / Fotograma de la película (Phenomen)

Ha sido censurada en Rusia por "difundir pornografía y propaganda", y su paso por la Berlinale no ha dejado indiferente. Dau. Natasha parece ser una cinta de excesos: por su largo metraje, que se divide en diferentes películas, series de televisión y hasta proyectos artísticos complementarios, y por sus duras imágenes, que muchas veces incluyen sexo explícito y torturas brutales.

No se puede decir que haya sido un desvarío inane como la absurda A Serbian Film, donde la violencia gratuita nunca estaba justificada ni tenía un motivo más allá de la –desvariada– "crítica social" que arguía su director

Dau. Natasha va más allá y pretende ser un proyecto interactivo rompedor (lo llaman El show de Truman soviético) y retratar la locura y la sinrazón de la guerra (y sus trágicas consecuencias) durante la dictadura estalinista.

El director, Ilya Khrzhanovsky, da rienda suelta a sus actores y actrices para que se comporten como crean oportuno en el escenario. De hecho, para el rodaje se recluyó a todo el equipo (compuesto por artistas no profesionales, gente de la calle) en un espacio construido para la grabación. Allí convivieron durante tres años, como si tratara de una reproducción real del espacio y el tiempo que retrata la película.

El ruso deja lugar a la improvisación. Y si esa improvisación incluye que una de las actrices se desnude y empiece a mantener relaciones íntimas con un científico, tiene el visto bueno del director, siempre que proceda con la historia. De hecho, Khrzhanovsky no escribe un guion concreto para los no-actores: "No hay un texto previo escrito porque todo ocurre en la escena".

Una forma de narrar experimental que recuerda –con la excepción del guion– a la de Lars von Trier y Thomas Vinterberg precursores del movimiento danés Dogma 95 (podemos verlo en películas como Los idiotas o Celebración, donde la improvisación, el bajo presupuesto y el hiperrealismo eran sus principales motivos estéticos.

Dau. Natasha, a pesar de ser provocadora, incluir escenas de tortura y otra serie de imágenes explícitas, no ha sido demasiado bien acogida por la crítica, que la considera superficial en sus aspectos dramáticos. Aunque ambición no le falta, y aún queda mucho por ver.

De hecho, lo que se ha mostrado en la Berlinale es tan solo una parte de varias películas (el metraje original es inmenso, pero solo se ha proyectado una obra de 140 minutos), clips y capítulos seriados anexos y hasta varias instalaciones artísticas diseminadas por el globo (París, Londres y Berlín, reza el tráiler), además de otras cuestiones que pueden verse en su web oficial.