Los malos no pueden tener teléfonos Apple

Acaba de salir a la luz una información que se podría considerar una noticia bomba en toda regla, que a partir de ahora arruinaría las películas con el argumento de “¿Quién ha sido?” si nos empezamos a fijar un poco.

Rian Johnson, director de la aclamada ‘Cuchillos por la espalda’ (Knives out como nombre original) ha revelado que Apple tiene por norma no permitir que los villanos de las películas usen iPhones como teléfono particular.

En un video en el que el director analizaba una escena de la peli para Vanity Fair, Johnson reveló una información muy interesante sobre la política que sigue Apple, en lo que al uso de sus productos se refiere durante la grabación de películas.

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Y es un dato que ahora puede hacernos ver los misterios presentados de otra manera, fijándonos más o menos en la elección de teléfono móvil para los personajes implicados, en futuros largometrajes donde haya varios sospechosos.

Rian Johnson empezaba nervioso diciendo “No sé si debería decir esto o no, porque me va a fastidiar en la siguiente película de misterio que haga, pero bueno, lo voy a decir, es muy interesante.”

“Apple te deja usar sus teléfonos en películas” continuaba el director de Los últimos Jedi, “pero, y esto es muy importante si estás viendo una peli de misterio, los malos no pueden llevar iPhones si están en cámara.”

Johnson bromeaba después de decir esto, “¡ahora todos los directores que tienen un villano en sus películas al que quieren mantener en secreto desean asesinarme en este momento!”

Ese procedimiento no es algo nuevo, hace casi dos décadas, la publicación Wired se dio cuenta de que los terroristas de la serie ‘24’, con Kiefer Sutherland interpretando al agente Jack Bauer, todos usaban ordenadores Windows, mientras que todos los héroes usaban Mac.

En aquel momento, se pensaba que era un ejemplo de la compañía Apple siendo más agresiva al colocar sus productos que la competencia. Ahora, los comentarios de Rian Johnson dejan clara la política de la marca de Cupertino, convirtiendo una teoría en algo real.