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La historia detrás de 'Losing my religion', el mayor éxito de R.E.M.
El tema estaba presente en el séptimo álbum de la banda de Michael Stipe, que les catapultó a la cima de su carrera
Pasaron toda la década de los 80 disfrutando de gran popularidad y prestigio dentro de algunos circuitos minoritarios, especialmente universitarios. R.E.M. se formó en Georgia, capitaneados por Michael Stipe, y después de unos primeros discos muy bien posicionados, la banda ya tenía un lugar importante en la música.
Sin embargo, esta situación estaría destinada a cambiar a principios de la siguiente década, con la publicación de un disco que les catapultó a la cima de su carrera, al menos hasta entonces. El 12 de marzo de 1991 vio la luz su séptimo disco, Out of Time, un prodigio creativo que sirvió como trampolín para dar el gran salto comercial. Nunca hubo una gira de presentación del mismo, pero no fue necesario: 18 millones de copias vendidas lo han validado.
Entre las canciones del disco, una de ellas se convertiría en el emblema de la banda y una de las más celebradas por sus fans y la crítica. Losing my religion, con un imaginativo riff de mandolina, se convirtió en un hit mundial como metáfora del amor no correspondido. Stipe explicó que la expresión “perder la religión” hace referencia a un antiguo refrán del sur de Estados Unidos en el que se dice que cuando ocurre algo terrible puede afectar tan profundamente a una persona que incluso dude de sus creencias.
Así lo declaró el propio cantante de la banda en una entrevista para el programa holandés Top 2000 a gogo, donde cuenta la historia que hay detrás la canción.
La verdad es que no fue la canción elegida como single en un primer momento. La compañía discográfica enseguida reparó en el atractivo de la canción, pero el bajista del grupo, Mike Mills, en un principio no estaba de acuerdo con este la elección de Losing my religion como primer sencillo del que sería uno de los discos más vendidos.
“El tema me parece perfecto para R.E.M. porque incumple todas las reglas: no tiene estribillo, tiene 5 minutos de duración, es demasiado larga, y el principal instrumento es la mandolina, por eso no pensaba que la eligieran”, dijo Mills en una entrevista.
Mención aparte merece su mítico videoclip, dirigido por el director de cine estadounidense-indio Tarsem Singh. En él, además de dioses hindúes y algunas imágenes religiosas, aparecen muchas imágenes inspiradas en el pintor italiano Caravaggio.
El álbum Out of Time debutó en el número 1 en Estados Unidos y volvió a esa posición varias semanas después. Además, ganó tres premios Grammy en 1992: uno como mejor álbum de música alternativa, y dos por el primer sencillo, Losing my religion (mejor canción y mejor video). Sólo en 1991 el álbum vendió alrededor de 4,5 millones de copias en los Estados Unidos y demostró que una banda alternativa como esta podía llegar al gran público sin perder su integridad.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop