Especial
La segunda vida de Adam Clayton, el bajista de U2, lejos de las adicciones
El músico cumple 60 años luchando contra los fantasmas que el éxito y el dinero rápido crearon en su vida
Para muchos artistas, la gestión de la fama y el éxito no es tarea fácil. Es lo que le ha ocurrido a Adam Clayton, el bajista de U2, que ha vivido una larga época de su vida luchando contra las adicciones al alcohol y otras drogas. Todo comenzó con el apoteósico éxito de The Joshua Tree, en 1987, y el músico aún lucha con los fantasmas que esa época de excesos le ha dejado en su mente.
Ahora, cuando Clayton cumple 60 años, asegura que sigue cuidándose y dejándose cuidar por sus compañeros mientras continúan gozando de haberse convertido en una de las bandas más importantes de rock a nivel internacional. Pero no siempre fue fácil.
Durante una entrevista en la televisión irlandesa, con el comediante Tommy Tiernan, Clayton recordaba cómo le llegó el temprano éxito de U2 y cómo lidiar con todo el éxito y la fama que consiguió.
"El éxito se me subió a la cabeza", asegura Clayton. "Para cuando teníamos 25 y 26 años podíamos pagar nuestro alquiler sin problemas, teníamos coches, podíamos viajar y cuando llegó The Joshua Tree pudimos comprar una casa. Cualquiera que haya tenido ese éxito y fama en esos años les lleva mucho tiempo recuperarse de eso, y suena como una queja, pero es así".
“Pierdes tu sentido de ti mismo, pierdes el sentido de la realidad. Era un poco infeliz, así que bebí y me drogué y avergoncé a todos los que conocía, y a mí mismo, pero sabes que lo superas y aprendes de eso y tal vez eso es lo que hacen los hombres jóvenes de todos modos", dice el bajista recordando su juventud.
Sus compañeros de banda continúan ayudando a mantener a Adam en el camino correcto, aunque ha habido decepciones, como cuando se saltó un concierto en Australia debido a su consumo de alcohol.
"Sé que a los tres días me desperté y no había aparecido para un concierto, en un estadio, que se estaba filmando y había mucho dinero en juego", dijo. "Había decepcionado a los muchachos, los tres muchachos que me habían apoyado desde los 16 o 17 años. Estoy seguro de que era inimaginable para ellos que pudiera haber sucedido. Dejé caer al público, decepcioné al equipo de la gira", continúa.
Desde ese desafortunado capítulo, Bono, Edge, Larry Mullen y Adam "se controlan entre sí" para asegurarse de que todo esté bien. Pero no siempre es fácil. Así finaliza Adam su sincera entrevista, con esta intención: "trabajar muy duro para mantener mi cordura, dentro y fuera de la carretera".