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Especial Día del Padre: siete modelos de padres según el cine
El padre modélico, el padre ausente y el padre duro, distante o desequilibrado
Dime con qué película identificarías a tu padre y te diré qué perfil psicológico tiene. ¿Es el tío molón de Un papá genial o el déspota tirano capaz de matar a su hijo por una ideología? ¿Comprende todos tus problemas y te da consejos o reniega de ti por no dar la (su) talla? Un breve repaso a los tipos de perfiles de padres que ha dado el cine
1. El padre modélico
Quien mejor representa al padre modélico es Atticus Finch en Matar a un ruseñor, quien es un ejemplo de moralidad y tolerancia que siempre aboga por el diálogo y por defender a los más desfavorecidos. Es un ejemplo de justicia absoluta y equilibrada.
Aunque ese padre modélico no siempre tiene por qué ser un ejemplo de principios, sino, sencillamente, un padre preocupado que cuida de sus hijos en momentos de crisis, como hacía John Q. (Denzel Washington) o el protagonista de The Road (Viggo Mortensen), quien sobrevive y mata por mantener a salvo a su hijo, una suerte de Rick Grimes en The Walking Dead solo que en un futuro postapocalíptico más realista que el de los zombies.
Otros modelos excelsos lo representan el excéntrico Guido (Roberto Benigni) de La vida es bella, quien da la vida por su hijo para que este escape de un campo de concentración fascista en Italia, o Chris Gardner (Will Smith) en En busca de la felicidad, trama que gira sobre un padre y un hijo desahuciados que tratan de sacar su vida adelante.
2. El padre comprensivo que sirve de guía
Parecido al modélico por su carga emocional, con la diferencia de que sus consejos sirven para la canalización psicológica y espiritual de su hijo. Un ejemplo paradigmático sería el padre de Elio en Call Me By Your Name.
Cuando su hijo le confiesa su homosexualidad, él, en vez de ofenderse o renegar de él, como podría esperar alguien que reprime su sexualidad por miedo a lo que piensen sus seres queridos, lo acoge y hasta le invita a sentirse él mismo sin ningún tipo de complejo, lo que le ayuda a mejorar y a descargarse de complejos.
3. El padre que no es padre... pero actúa como tal
A quien por infortunios del destino le toca ser padre no biológico, ya sea porque carga con el hijo de un hermano muerto, como le ocurría al protagonista de Manchester frente al mar, o porque se encuentra con alguien a quien debe cuidar como a un hijo, como le pasó al periodista Felix Winter, en la road movie Alicia en las ciudades, donde una misteriosa mujer le deja a cargo de su hija y después desaparece.
4. El padre ausente
No es ni bueno ni malo, simplemente está ausente y no pertenece al núcleo familiar. O pertenecía y progresivamente se ha apartado del mismo hasta ser una sombra insignificante. Es el prototipo de padre que representa Walter White en Breaking Bad: un padre de familia que mantiene buenas relaciones con su hijo pero que poco a poco, según sufre una deriva ética y moral, acaba despegándose de su familia y la miente sin complejos.
Un problema similar al que le pasaba a Tony Soprano (James Gandolfini), protagonista de Los Soprano, cuyas mentiras y complejos acaban minando progresivamente la relación que mantiene con sus hijos.
Aunque a veces, como le ocurría a Joseph Cooper (Matthew McConaughey) en Interstellar o a Roy McBride (Brad Pitt) en Ad Astra, existe una ausencia por fuerza mayor que nada tiene que ver con sus sucios negocios mafiosos: simplemente representan –o sufren en sus propias carnes– una ausencia. Recientemente podemos ver ese ejemplo en la cinta de Pixar Onward, sobre un par de adolescentes que tratan de volver a contactar con su padre muerto a través de la magia.
Otro tipo de padre ausente es aquel que por un divorcio debe hacer frente al dilema de la separación temporal de su hijo. Dos ejemplos parecidos de la relación que mantienen los pequeños con sus padres en tal caso las representan los protagonistas masculinos de Kramer contra Kramer (Dustin Hoffman) e Historia de un matrimonio (Adam Driver).
5. El padre duro, distante o desequilibrado
Brad Pitt lo representó a la perfección en El árbol de la vida: un hombre firme, serio y algo distante que, a pesar de querer a sus hijos, nunca llegó a entablar una relación afectiva profunda con ellos.
Aunque luego está la versión oscura y abusiva, como la de Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) en Pozos de ambición. En Juego de Tronos encontramos varios ejemplos ejemplos de este tipo de padres: Tywin Lannister (Charles Dance), Randyll Tarly (James Faulkner) o Roose Bolton (Michael McElhatton) son algunos de ellos: fríos, distantes, calculadores y enigmáticos, creadores de toda suerte de complejos psicológicos en sus descendientes.
Pero el peor tipo de padre es aquel que rompe su relación afectiva con su hijo y lo repudia, como ocurrió con Jack Torrance en El Resplandor. O aquel que, por una ideología, vende o asesina a su hijo para conseguir más poder, cuyo ejemplo más monstruoso está representado en el despreciable señor Karel, protagonista de la película checa El incinerador de cadáveres.
6. El padre vengativo o que busca explicaciones
Aquel que busca venganza por el daño que se le ha hecho a un hijo o a una hija. Hay historias brutales de padres que, desesperados, han hecho toda clase de locuras por recuperar a sus vástagos. Dos buenos ejemplos serían Bryan Mills (Liam Neeson) en Venganza o Keller Dover (Hugh Jackman) en Prisioneros.
Y, por ponernos un poco más culturetas, quien mejor representó la frustración por la pérdida de un hijo fue el recién fallecido Max von Sydow en la descarnada El manantial de la doncella de Ingmar Bergman, donde una joven idealista es brutalmente violada y asesinada por unos malhechores, que dejan su cuerpo tirado entre unos matorrales.
También dio buen ejemplo de padre "que busca explicaciones" el progenitor de Charles Horman, a quien interpretó magníficamente Jack Lemmon, un hombre que trata de buscar a su hijo entre los miles de ejecutados que dejó la brutal dictadura de Pinochet en Chile.
7. El padre redentor
Aquel que durante un tiempo fue un déspota egoísta porque tenía problemas graves –como el alcoholismo o la drogadicción– pero que tras el paso del tiempo y un proceso de aprendizaje interior trata de redimirse y volver a construir lo que con su mala actitud destruyó.
El ejemplo paradigmático de este tipo de personaje es el protagonista de Paris, Texas, a quien encarna el brillante Harry Dean Stanton, un hombre que abandonó a su familia para adentrarse en un viaje de autodescubrimiento interior a través del desierto y que años después reaparece para reconstruir su familia desestructurada.
También sirve como modelo de este tipo de padre Woody Grant, el protagonista de Nebraska, un anciano padre, antaño alcohólico, que trata de recuperar la relación rota con su hijo mientras realizan un viaje que cruza Estados Unidos. Lo interpretó magistralmente Bruce Dern.