Especial
El parecido entre ‘El hoyo’ y este inquietante cortometraje de Denis Villeneuve
A veces las películas vienen cargadas de referencias
Desde tiempos inmemoriales surge un debate teórico sobre si el arte es fruto de una especie de inspiración divina que proviene del éter, como decía David Lynch, o si bien toda obra artística es copia de otra, una posición defendida por una corriente más materialista.
Estas dos posiciones aparentemente incompatibles han provocado intensos debates filosófico-artísticos que, ahora mismo, no vamos reproducir. Necesitaríamos horas.
Sin embargo, sí que podemos decir que algunos artistas, como directores, músicos o pintores, se "inspiran" en algunos maestros para crear sus obras. No significa que las copien, sino que toman algunos de sus rasgos característicos y los adaptan.
Miremos, por ejemplo, a Quentin Tarantino, quien toma prestados códigos narrativos de cineastas como Sergio Leone o Seijun Suzuki para transformarlos en una esencia cinematográfica completamente diferente, mucho más dinámica y personal.
No sabemos hasta qué punto Galder Gaztelu-Urrutia conocía el cortometraje Next Floor de Denis Villeneuve, pero tras verlo podemos asegurar que los parecidos con El Hoyo son numerosos, y es difícil pensar que no conociese y hasta se inspirase en esta pequeña e inquietante joya olvidada.
Villeneuve la rodó en 2008 mientras filmaba su largometraje Polytechnique (2009). Lo presentó en el Festival de Cannes y se alzó con el premio al mejor cortometraje.
Next Floor trata sobre un grupo de personas que asisten a un banquete y comen compulsivamente en torno a una mesa. Cuanto más comen, más pesan.
En ese momento el suelo se rompe y caen hacia una planta más baja. "Next", indica un camarero que vigila la acción. Y así sucesivamente. Una alegoría sobre el egoísmo y el fin del mundo en tiempos de materialismo exacerbado.
Grotesco, desagradable y con una paleta cromática fría con claroscuros: Next Floor recuerda enormemente a El Hoyo, que ya se ha convertido en la película de Netflix más vista en Estados Unidos durante la cuarentena por el coronavirus.
Si bien Gaztelu-Urrutia ha reconocido que se inspira en obras como Cube de Vincenzo Natali, habría que comprobar hasta qué punto Villeneuve también le sirvió como referencia. Y, si no fue así, tan solo cabe elogiar la originalidad de dos cineastas que nunca han trabajado juntos pero que inconscientemente han ampliado un universo grotesco de manera sincrónica.