Especial
Won-Pyung Sohn: “BTS es una banda muy unida, compuesta por jóvenes talentosos que tienen la humildad como virtud”
Hablamos de K-Pop con la altura de ‘Almendra’
Won-Pyung Sohn es una creadora de Corea del Sur que lo mismo presenta un corto que escribe una novela. La última, Almendra, es una reflexión sobre los sentimientos o más bien, la falta de ellos. No siempre somos conscientes de lo que nos aporta tener sensibilidad y poder experimentar emociones porque es algo que desarrollamos de manera instintiva, sin pararnos a pensar en ello.
Pero ¿qué pasaría si naciéramos sin la capacidad de sentir, sin tener miedo, empatía, alegría, amor…? ¿Podríamos sobrevivir en sociedad con esa carencia? El protagonista de esta historia es un adolescente que sufre una enfermedad que le inhibe de sentir cualquier emoción y eso ya, de por sí, es una premisa que nos invita a la reflexión.
Conocer a un chico que todos consideran un abusón y a una chica que le cambia su visión de la vida marcarán una evolución marcada por la tragedia del asesinato de su abuela y el coma de su madre, las dos mujeres que le ayudaban a subsistir en el mundo con su anomalía.
Sohn iba a venir a España a presentar su novela, pero la situación mundial lo impidió, pero eso no ha evitado que podamos conocer su punto de vista sobre su última creación, para conocer de su mano la cultura de un país que cada vez tiene más proyección en Occidente y, cómo no, para conocer su visión del K-Pop.
Has suspendido tu visita a España por la crisis sanitaria que está viviendo el Planeta, ¿cómo lo habéis vivido en vuestro país?
Como todo el mundo, vivo con estupor la conmoción y los cambios que está provocando esta situación sin precedentes. Afortunadamente la mayoría de los coreanos siguen las instrucciones de distanciamiento social que dicta el gobierno, sobre todo porque hay una gran preocupación en la gente por no perjudicar al prójimo. Por supuesto, cada dos por tres aparecen focos de contagio imprevistos, pero tratamos de seguir nuestra vida diaria con la mayor calma posible.
Todo lo que está sucediendo podría ser el argumento de una novela o película, ¿te lo has planteado?
Antes de esta situación, creíamos que este tipo de calamidades nunca vistas solo existían en el mundo del cine. Pero si tenemos en cuenta que las ficciones son reflejos de la realidad, no es de extrañar que en algún momento se vuelvan reales. Probablemente saldrán muchísimas películas e historias que contarán, ya no solo con la imaginación, sino a partir de la realidad, las experiencias y los sentimientos de la gente durante esta pandemia.
El sentimiento que predomina estos días es el del miedo, ¿es inevitable?
Como todo, esta situación también va a terminar algún día. Mientras tanto, hay que tratar de sobrellevarla con sabiduría y buen juicio. Es una tragedia global, pero afortunadamente no estamos viviendo una guerra mundial, es decir, no nos estamos matando unos a otros ni a personas inocentes con armas de destrucción, no estamos cometiendo actos que nos hacen dudar del ser humano. Por el contrario, pienso que es una buena oportunidad para reafirmar la solidaridad y el humanitarismo. Hay que pasar esta situación crítica con sabiduría, ayudándonos los unos a otros y esforzándonos por continuar en lo posible con la vida diaria.
Para esta novela te has basado en una enfermedad real, ¿has conocido a alguien que la padezca?
No, no conozco a nadie. Fue después que decidí escribir sobre el proceso de crecimiento de “un chico sin sentimientos”, que pensé que era posible que existiera como enfermedad. Como la mayoría de las cosas que imaginamos ya han ocurrido u ocurren ahora en algún lugar del mundo, me puse a investigar y encontré que efectivamente existía una patología llamada alexitimia. En fin, no tomé de esta enfermedad la idea de escribir la novela, sino que tuve conocimiento de ella posteriormente y la apliqué a mi historia.
¿Cuál fue el origen de esta novela, de dónde salió la idea?
Cuando tuve a mi hijo y comencé a comunicarme con él a través de los sentimientos y no del lenguaje, caí en la cuenta de que los seres humanos nos relacionamos básicamente a través de los sentimientos y que el lenguaje es forma de comunicación posterior. Como escritora, suelo hacerme muchas preguntas y me pongo a imaginar cómo serían las cosas si ocurrieran de otra manera. ¿Cómo se comunicaría un chico sin sentimientos? ¿Podría querer a un hijo que es totalmente diferente a mí? La novela nació de estas y otras preguntas de este tipo que me hice.
Yunjae no puede sentir y eso le evita experimentar felicidad, pero también sufrimiento, ¿compensa?
Creo que nadie tiene la respuesta. Por esta razón, prefiero que la novela se quede como una historia que plantea esa y otras preguntas.
Si hubiera que priorizar sentimientos, ¿cuál te parece más imprescindible? ¿De cuál podrías prescindir?
No creo que haya sentimientos más importantes que otros. Sentimos muchas cosas y estos sentimientos no son independientes ni disociables. Después del sufrimiento, suele venir la satisfacción y el contento; mientras que la felicidad puede derivar luego en desidia y apatía. Los sentimientos existen en relación con otros y se influyen recíprocamente, de modo que no es posible ponerlos en fila por orden de prioridad. Todos los sentimientos son únicos y valiosos. Más importante que eso es saber utilizarlos y manejarlos adecuadamente.
Sitúas la historia en plena adolescencia que, quizás, es uno de los momentos de sentimientos más intensos, ¿lo hiciste con algún propósito?
Instintivamente supe que esta historia necesitaba de dos chicos adolescentes para ser contada. Es que la adolescencia, por ser una etapa en la que no se es un niño, pero tampoco un adulto, guarda un sinfín de posibilidades, un gran potencial de cambio y crecimiento.
Otro tema subyacente es el del bullying, ¿cómo se vive en tu país?
En Corea también ocurren estas cosas con frecuencia. Incluso alcanzan un grado de crueldad impensable en otros tiempos por los medios modernos de que se dispone ahora. Afortunadamente hay mucha conciencia de que el bullying es algo deleznable, de que esos actos merecen ser castigados y que es importante educar adecuadamente a los chicos para que eso no ocurra. Todos anhelamos que nuestros niños crezcan en una sociedad segura y feliz.
Aquí, logramos empatizar con el acosador, ¿una crítica a que no siempre intentamos entender qué hay detrás de este tipo de verdugos?
Goni es en realidad un chico bueno y sensible. Sin embargo, hace un esfuerzo tan grande para defenderse y ocultar las heridas que ha sufrido que adopta actitudes equivocadas. La verdad es que nunca he pensado en él como un “verdugo”. Simplemente es un alma joven que ha sufrido mucho.
Tu protagonista tiene una librería, ¿manteniendo la idea romántica de la literatura?
Me surgió de manera natural que el medio de comprender el mundo de alguien sin sentimientos como Yunjae sea la literatura. Al fin y al cabo, todos vivimos experiencias que no vivimos y nos encontramos con personas que no conocemos a través de los libros que leemos.
El tema de los sentimientos tiene mucho de educacional, sobre todo en la manera de compartirlos... ¿en qué se basa la educación emocional en Corea del Sur?
Es una pregunta difícil de responder. Corea del Sur es un país de constantes cambios en todos los ámbitos y esos cambios se dan todos los días. En el pasado prevalecía una cultura que ponía el énfasis en la comunidad, en el respeto a los mayores y en los valores de la paciencia y el estoicismo. En los últimos años esta cultura se ha debilitado ostensiblemente y está siendo reemplazada por otra más individualista. Ya sea en el trabajo, la amistad o la familia, cada vez importa más el bienestar individual que el sacrificio por los demás. Sin embargo, ante las grandes crisis, como es el caso de este coronavirus, los coreanos saben unir sus voces y demostrar un alto grado de cohesión. La manera de ser de los coreanos es tan particular que es difícil de explicarla en una sola frase, pero es indudable que siempre muestra facetas muy interesantes desde todos los puntos de vista.
En los últimos años tu país está tomando mucha relevancia en Occidente, sobre todo en lo cultural, ¿por qué crees que ha tomado esa relevancia?
Los coreanos parecen fríos, pero son apasionados, parecen serios, pero desbordan júbilo. Pienso que la cultura que se deriva de esta forma de ser tiene que ser, a la fuerza, multifacética y atrayente. Los propios coreanos estamos sorprendidos por la relevancia que está teniendo la cultura coreana en el exterior y nos sentimos muy orgullosos por ello.
Parásitos logró un hito histórico, ¿cuál es tu valoración de esta película como cineasta que eres?
Pienso que es una excelente película. Tiene una historia muy interesante y transmite un mensaje especial y a la vez universal. Estoy muy orgullosa de los logros de Parásitos.
Si hablamos de música, el K-Pop se está imponiendo a muchos géneros occidentales, ¿qué tiene de especial esta música?
No escucho mucho K-pop, así que desconozco la causa de su éxito en el mundo. Supongo que se debe a que la música es buena y los chicos que componen las bandas son muy atractivos.
¿Cómo se valora el K-Pop en vuestro país?, ¿causa el mismo furor que está causando en el resto del mundo?
La mayoría de los coreanos mayores de treinta años no conocemos los grupos ni las canciones del K-pop que están de moda, pero todos estamos orgullosos del furor que causan fuera del país. En general, los coreanos somos un pueblo amante del canto, la danza y todas las formas de diversión y entretenimiento.
Es un género con muchas leyendas y que tiene sus sombras y sus luces, ¿lo conocemos realmente en Occidente?
Desconozco la respuesta. Seguramente el tiempo dirá qué hay de verdad en todo eso. Pienso que el K-pop seguirá evolucionando y se hará cada vez más internacional. Personalmente pienso que no decaerá en el corto plazo la popularidad del K-pop, del cine, de las series televisivas, de la literatura y la cultura coreana en general. Los contenidos de la cultura coreana son tan variados y llamativos que no creo que dejen de seguir progresando y evolucionando durante mucho tiempo.
Una de las más occidentalizadas es BTS, ¿qué te transmite esa banda?
Es una banda muy unida y compuesta de jóvenes talentosos y capaces que también tienen la humildad como virtud. Me alegro de que exista este grupo y animo su constante crecimiento.
Entre sus sombras está el aluvión de chicos jóvenes que recurren al suicidio. Enlazando con el tema central de tu novela ¿un exceso de intensidad en los sentimientos?
El sistema educativo coreano representa una gran presión para los chicos. La filosofía de los adultos de que lo más importante en la adolescencia es el estudio no ha cambiado con el tiempo, por lo que el enfrentamiento generacional entre padres e hijos se ha profundizado. En muchos casos, los chicos viven sujetos a horarios muy estrictos y apretados de estudio y de clases. No me parece que se pueda atribuir los suicidios solo a la intensidad de los sentimientos durante la adolescencia. Creo que es más acertado hablar de la gran presión que reciben los chicos y de cuestiones relacionadas con la educación. Me gustaría que se hicieran mejoras en el sistema educativo del país y que desaparecieran los resabios de la cultura autoritaria para que pueda desplegarse un futuro más positivo para nuestros jóvenes.
La banda sonora de esta novela, ¿sería coreana o más internacional?
Nunca me he puesto a pensar en ello, pero creo que encargaría la composición de una música original que fuera instrumental, sin letra.
¿Te has planteado hacer película de Almendra?
Creo que será posible algún día. Sin embargo, me despierta escepticismo que la literatura se convierta en material para el cine u otros contenidos visuales casi al mismo tiempo de su publicación. En todo caso, me lo plantearía para mucho después.
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Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...