Historia de la fiesta de San Isidro

Cada año, el 15 de mayo es una fecha de lo más especial en la calendario de los madrileños: San Isidro. Un día de fiesta lleno de celebraciones y eventos culturales, ratos de diversión en la tradicional pradera, de dulces típicos y, por supuesto, de trajes de chulapos y chulapas que lucir a ritmo de chotis. Pero, ¿cómo se originó esta celebración?

Según la historia, Isidro, nació en el madrileño barrio de La Latina hace más de mil años en una familia humilde, lo que le llevó a trabajar como labrador. El motivo de su beatificación no es otro que la cantidad de milagros que se le atribuyen, en total más de 400. La mayoría de ellos relacionados con el mundo de la agricultura y en compañía de su esposa, Santa María de la Cabeza. Pues bien, una de las acciones más populares que se le atribuyen era la capacidad de hacer brotar agua de un manantial golpeando con su vara una roca. De ahí viene la tradición de "beber el agua del santo" a los pies de la Ermita de San Isidro, cuyas propiedades son curativas, según cuenta la leyenda.

Desde entonces y cada año, los madrileños se pongan sus trajes típicos para dar rienda suelta a la celebración en honor a San Isidro en la pradera, donde el patrón tradicionalmente trabajaba sus tierras. Allí se baila el chotis y se comen las típicas rosquillas de Santa Clara, listas, tontas y francesas, que popularizó una mujer que ha pasado a la historia como la "tía Javiera", ya que fue ella quien comenzó a venderlas en la pradera en el siglo XVIII.

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Este característico baile es mucho más moderno que la historia de San Isidro, ya que, surgió en el siglo XIX. Se cuenta que la primera vez que se bailó en Madrid fue en el Palacio Real, donde los músicos tocaron la polca alemana Schottisch. Con el tiempo y alguna modificación, como la introducción del organillo, los madrileños incorporaron esta melodía como suya y la acompañaron del baile típico en el que el hombre permanece girando sobre su eje dentro de una misma baldosa, mientras que la mujer gira a su alrededor.

A día de hoy, los madrileños siguen dándose cita en la pradera, así como vistiéndose de chulapos y chulapas dispuestos a disfrutar de sus dulces típicos. Una fiesta considerada por muchos la más reseñable de la capital y que acostumbra a llenar la ciudad con una gran oferta cultural durante la semana de San Isidro, incluyendo grandes conciertos como el celebrado por LOS40 en la Plaza Mayor. A pesar de que este año, la fiesta del patrón de Madrid será algo distinta, las ganas de celebrarla no disminuyen entre los madrileños que pueden disfrutar de una oferta de ocio adaptada a la situación actual.

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