Especial
Netflix se pega un tiro en el pie al distribuir una de las peores películas del siglo
"Inoportuna", "mala", "olvidable", "confusa" y de "mal gusto" son solo algunos de los muchos adjetivos negativos que ha utilizado la prensa para destrozarla
Netflix se ha pegado un tiro en el pie al producir y distribuir en el peor momento posible una de las peores películas que han pisado la plataforma: Los últimos días del crimen.
Una adaptación de una novela gráfica situada en un futuro no muy lejano en el que el gobierno de Estados Unidos ha implantado una medida especial para erradicar el crimen y donde un grupo de atracadores trata de dar su último golpe antes de que desaparezca cualquier posibilidad de hacer dinero fácil.
Cuesta comprender –hasta que se pulsa el play– que una película de robos y atracos protagonizada por unos actores experimentados como Michael Pitt (Boardwalk Empire, Soñadores) y Edgar Ramírez (La noche más oscura, Carlos) y distribuida por una compañía de la talla de Netflix sea tan caótica, inconexa, aburrida, desastrosamente incoherente y absurda.
De hecho, Los últimos días del crimen ha conseguido un logro que muy pocos títulos han alcanzado: colarse en la "exclusiva" lista de películas con una valoración de 0% en Rotten Tomatoes, el portal de referencia de valoraciones de críticos de cine de todo el mundo.
Se une a Gotti y The Ridiculous 6, protagonizadas por John Travolta y Adam Sandler, respectivamente. Tres títulos infames que suponen la joya de la corona de la infamia. Son, cuanto menos, difíciles de mirar.
Algunos críticos la han destrozado con comentarios del tipo "el verdadero crimen es que esta película exista" o "cada minuto parece un castigo". Eso sí: Los últimos días del crimen lleva un 21% de audiencia en Netflix, por lo que todavía se espera un posible repunte de valoraciones.
Aunque el 3,7 de valoración de los usuarios de IMDb y el 11 de 100 en Metascore (que suma las votaciones de los críticos) ponen de relieve que ni siquiera a los que se atreven con ella –los más desesperados, quienes sufrimos aún el confinamiento por coronavirus– han podido sacar algo en claro.