La trágica muerte del actor Nick Cordero por COVID-19 hace saltar las alarmas

Tenía 41 años, no padecía patologías previas y llevaba meses luchando contra el coronavirus

Nick Cordero acude a un evento en Nueva York / Bennett Raglin (WireImage vía Getty Images)

Lo tenía todo: fama, talento, dinero y hasta una nominación a los premios Tony, los Óscar del teatro, por su excelente trabajo en la representación de Balas sobre Broadway de 2014. El futuro del actor Nick Cordero era muy prometedor, pero el maldito coronavirus segó su vida demasiado pronto.

El caso de Cordero se lleva siguiendo muy de cerca desde que en marzo de 2020 enfermara. Todo comenzó con el malestar general típico: dolor de cabeza, fiebre y tos. Luego llegaron los problemas respiratorios y el ingreso en la UCI. "Sus pulmones parecían los de alguien que llevara fumando 50 años", dijo su mujer, la también actriz Amanda Kloots.

Cordero comenzó a empeorar, fue intubado y la altísima carga vírica de su cuerpo le provocó graves secuelas. Una situación extrema y completamente inesperada, pues el actor estaba en plena forma y no tenía patologías previas. De hecho, uno de los efectos secundarios del coronavirus es la aparición de trombos en distintas partes del cuerpo. Cordero sufrió un problema de coagulación en su pierna derecha y los médicos tuvieron que amputársela e inducirle al coma para mantenerlo con vida.

"Este es su día 12 después de la sedación y los médicos creen que debería haberse despertado", comentó su mujer hace varias semanas. Kloots ha seguido de cerca el día a día de su esposo y lo ha compartido en redes sociales, llegando a recaudar casi 400.000 dólares para ayudar a su marido, que no ha parado de empalmar problemas asociados al COVID-19.

A pesar de que se recuperó del coma y de la amputación, el virus se cebó con Cordero, en uno de los casos más escalofriantes que se han narrado a lo largo de la pandemia. El artista tuvo dos derrames cerebrales, se le infectó la pierna, tuvo hongos en los pulmones y hasta tuvo que llevar marcapasos para medir los latidos de su corazón.

Tras tres meses luchando contra la COVID-19, Cordero consiguió deshacerse del virus, pero las secuelas orgánicas eran tan graves que el actor tuvo que someterse a un trasplante doble de pulmón. Su cuerpo no ha dado más de sí y, a sus 41 años, Nick Cordero ha fallecido.

Su mediático declive de salud y posterior muerte han servido de preaviso para aquellos que aún consideran que el coronavirus es un juego: aunque es especialmente mortal en personas mayores de 75 años y entre los jóvenes tiene tasas de letalidad inferiores, ninguno estamos libres de acabar en el hospital con graves secuelas.

"Dios tiene otro ángel en el cielo", ha escrito a modo de despedida la esposa de Cordero. "Mi querido marido ha muerto esta mañana. Estaba rodeado del amor de su familia, que cantaba y rezaba mientras él abandonó esta tierra".