Irene Ferreiro (‘Skam’): “Si he vivido tanta mierda y a pesar de todo he seguido adelante, puedo con todo”
Hablamos con la actriz de ansiedad, bisexualidad, drogas, terapia… y su libro
Irene Ferreiro tiene solo 19 años, pero una cabeza bien amueblada que ha forjado con terapia tras enfrentarse a una serie de sinsabores que han dado paso a una joven que salió de la oscuridad para darse cuenta de que podía con todo. Ya quisieran muchas madres que sus hijas tuvieran la capacidad de evolucionar y reinventarse que tiene ella. Ha descubierto que su voz está por encima de cualquier otra y escuchándose ha encontrado su camino.
Hubo un tiempo en el que la vida era, para ella, una especie de pesadilla. La muerte de una amiga, salir del armario y el rechazo de los que menos esperaba, hicieron de su vida un infierno del que ha logrado salir. Ahora es una actriz con más luz en su vida, con un papel en Skam que le ha enseñado grandes cosas y con muchos proyectos por cumplir.
Y mucho de ese aprendizaje lo recoge en Voces que se ahogan en el silencio, un poemario que destila verdad y autenticidad y que refleja una forma de sentir con la que puede sentirse identificada gran parte de la Generación Z a la que representa. Escucharla es también un aprendizaje.
Debut literario con tan solo 19 años, ¿qué te hace sentir eso?
La verdad es que me pone un poco nerviosa. 19 años y publicando un libro y, además, contando todas mis movidas personales, es algo que da vértigo.
¿Qué te ha llevado a escribir este libro?
Llevo escribiendo desde siempre, es algo a lo que mi madre, que es escritora, me ha animado desde pequeña y mi psicóloga me incitaba, también, a escribir diarios y siempre que he necesitado desahogarme con algo ha sido escribiendo.
Se presenta como: “El grito inconformista y rompedor que la Gen Z estaba esperando”, ¿cómo definirías a la Gen Z?
Es algo que trato en un par de textos y yo creo que si algo define a nuestra generación es que buscamos algo que no existe. intentamos llevar un estilo de vida que no se puede llevar, vamos demasiado rápido, damos importancia a cosas que no la tienen tanto y, al final, nos ahogamos en cosas que realmente no tienen tanta importancia.
Resumiendo y siendo simplista, este libro es una llamada a quererte y escucharte a ti misma, ¿lo has conseguido?
Sí, completamente. Desde 2016 a 2019 hice un viaje vital que me cambió mucho. Se nota el desarrollo vital que plasmo en el libro y, a partir de ahí, también he crecido un montón. Me llena de orgullo, no ya el hecho de haber publicado un libro, que es algo muy gordo, pero yo lo leo y lo que he crecido como persona y es algo que me enorgullece.
Mi mejor amiga murió con 17 años y fue una mierda.
Comienza con mucho dolor y angustia y va evolucionando a medida que avanza… ¿el final es lo que estás viviendo ahora?
El hecho de escribir lo utilizaba como un desahogo y los textos, al principio, son super depresivos. También porque era una época en la que yo acababa de perder a mi mejor amiga, murió con 17 años y fue una mierda y algo que alguien con 16 no debería vivir. También estaba descubriendo que yo tenía trastorno de ansiedad y yo no sabía cómo gestionarlo, no sabía qué me pasaba. También estaba por salir del armario…eran muchas cosas que me estaban pasando y yo no entendía nada y, por eso, los textos del principio son tan depresivos. Pero yo creo que se nota que, al final, doy un cambio y veo las cosas de otra manera. No, no soy la Irene del final del libro, soy una Irene mucho más evolucionada, en un año he crecido muchísimo más.
Al final es una esperanza para todos esos jóvenes que lo ven todo muy oscuro, ¿no?
Intento. De momento los mensajes que me están llegando son de gente que se siente representada, que ve en mis palabras parte de su historia y me encanta que de alguna manera les ayuda a seguir con lo suyo.
Selena Gomez tiene una frase en plan 'finge ser quien quieras ser hasta que lo seas', que yo sigo a full.
Vemos una persona que va de dura sin ser tan dura, ¿qué mantienes de esa persona?
Tampoco creo que el camino me haya ido tan mal. Al final hay una cosa que mi ídola, que se llama Selena Gomez tiene una frase que es en plan ‘finge ser quien quieras ser hasta que lo seas’, que yo sigo a full. De hecho, en el libro hay un texto que habla de eso y de pequeña lo que quería ser era dura, fuerte y al principio iba de eso sin serlo y al final lo he sido y soy una persona super resiliente y no sé si es por creerme que lo soy o por las cosas que he vivido, pero, de alguna manera, ayuda tener una visión de lo que quieres ser para acabar siéndolo.
Cuando crees que estás mal, siempre puedes ir a peor y entonces “la vida te enseña que es la que manda”, ¿cuándo fue la última vez que te diste cuenta de esto?
Ese texto en concreto va por el verano de 2017 que yo estaba en la putísima mierda, la verdad, porque acaba de salir del armario con mis amigos del pueblo, que hay gente muy cerrada de mente, acababa de morir mi mejor amiga y era un ambiente complicado… y fue todo una mierda, sinceramente. Hubo gente que se lo tomó fatal. Yo sentí que mi pueblo, que era como mi refugio, en el que todo estaba bien, en el que yo compartía la muerte de mi mejor amiga con mis amigos porque ella era de allí. Yo sentía que era como mi zona de confort, mi espacio seguro y, de repente, al salir del armario y compartir eso, fue como que no lo era. Sentí que la vida me estaba puteando, en plan, no puede ser que la única pieza que me queda con sentido en el puzzle sea así de mierda.
Somos una generación super preparada. Sin oportunidades, pero muy preparada.
Describes un momento en el que “no sentir, me aburría”, ¿la búsqueda constante de emociones define a esta generación?
Sí, completamente, yo creo que estamos sobre saturados. Tenemos tanto alcance a todo, a tanta información, a tanto que escuchar, que ver, que es como que todo el mundo está buscando todo el rato más cosas que hacer, más cosas con las que rellenarse. En parte es agobiante porque te sientes como con esa obligación. Yo me siento con esa obligación. Yo siento que tengo que saber hacer de todo, saber de todo y creo que la peña de mi generación está en esa posición y es frustrante porque, a lo mejor, nosotros con 19 años, en un día, gracias a google, tenemos más información de la que tuvieron nuestros padres en toda su adolescencia. Es sobrecogedor, pero, en parte, nos está formando como generación. Somos una generación super preparada, sin oportunidades, pero muy preparada.
“Soy la mejor en ser la peor”… ¿eso es un orgullo?
Yo creo que era una época en mi vida en la que lo único que se me daba bien era estar mal. No sabía hacer otra cosa. Tuve un problema con la marihuana y es algo que no me sentaba bien y menos teniendo un trastorno de ansiedad porque no es algo que congenie. En plan, todo mal, todo mal. Sentía que lo estaba haciendo todo mal y, realmente, lo estaba haciendo todo mal y fui al salir de eso de que, si no estaba sintiendo, si no estaba viviendo, si no estaba pensando era porque me estaba evadiendo de mi vida real a base de eso.
¿Y cuáles fueron tus herramientas para salir de todo eso?
Lo que más me ha ayudado ha sido mi psicóloga. Sin ella, sin la terapia, no habría sabido salir adelante. Es lo que dicen siempre, que un psiquiatra te da el flotador y un psicólogo te enseña a nadar. Yo he aprendido a nadar con ella y todas las herramientas que llevo aprendidas con Silvia, que llevo con ella desde 2017, porque antes tuve más psicólogos por un pasado turbio… me las llevo y con eso aprendo a gestionar mis emociones y, aparte de eso, también llegó un momento de pensar que, si he vivido tanta mierda y a pesar de todo he podido seguir adelante, puedo con todo. Lo que se me venga encima, pa’lante. Y si se me viene una serie, puedo con ello. Y si me viene un problema familiar, puedo con ello porque ya lo he hecho. Lo afronto de otra manera, sabiendo que soy capaz. Es algo que aprendió Cris en su temporada y yo aprendí con ella y, en general, eso que me llevo.
En estos textos se habla mucho de miedos y esos van cambiando a lo largo de la vida, ¿cuáles son los tuyos ahora?
Mis mayores miedos son la incertidumbre que, a la vez, es algo que me emociona. Yo no sería capaz de vivir una vida monótona, de ir todos los días a la oficina. Soy una persona que necesita cada día una aventura nueva. La incertidumbre me da miedo, pero forma parte de mí, como el cambio, que es algo que he aprendido a llevar conmigo. Pero si algo me da miedo de verdad es, la soledad. Yo me apoyo muchísimos en mis amigos, mi familia, la gente que tengo a mi alrededor, la gente que forma parte de mi vida y sé que no podría vivir sin ellos. Y soy plenamente consciente porque en los momentos que más sola me he sentido, ha sido cuando me he dado cuenta de que no los tenía a ellos.
El alcohol, como los porros en su momento, lo he utilizado para evadirme.
“El alcohol no ahoga las penas”, ¿cuántos chupitos et ha costado aprender eso?
Jajajaja… verás, como adolescente que ha crecido en un pueblo de Segovia, crecí con la tradición del anís e imagínate. Empecé a beber pronto, demasiado, puede. Y es algo que, como los porros en su momento, he utilizado para evadirme, y a base de psicólogos y experiencias he aprendido que el alcohol es algo que te tiene que hacer sentir aún mejor de lo estás, pero no ponerte mejor si estás mal.
“Los finales felices sólo existen tras un polvo bien echado”, ¿cómo entiendes las relaciones?
Tengo 19 años y solo he tenido dos relaciones serias y, sinceramente, con esta edad puede decir que no sé mucho de relaciones, lo que sé es que debería ser fácil, y hay veces que no lo es y buscas grandes momentos y grandes emociones y grandes gestos y no es eso. Cuando estés con alguien tiene que ser fácil, tienes que pasártelo bien y tiene que surgir, no dejarte la piel con ello, y menos con esta edad.
“Al final acabaré por ser esa perra fría y distante a la que siempre he aspirado”. Esa frialdad y distancia no casa mucho con una persona que se expone tanto en un libro como este, ¿te has sentido muy vulnerable?
A la hora de compartirlo fue como ‘vale, la peña va a leer mis movidas, va a leer las cosas que yo escribo cuando estoy de puta pena y van a ver cómo soy en verdad’. Da miedo y vértigo, pero era algo que me acojonaba un montón al principio, pero luego, viendo a las chavalas de 14 años que están leyendo mi libro y que les está ayudando de alguna manera porque se sienten acompañadas, representadas… no sé, es como ‘vale, yo he contado mi mierda, pero está sirviendo para algo.
Skam te ha dado mucha popularidad, ¿qué ha supuesto esta serie para ti?
A nivel personal, he crecido muchísimo por conocer tanta gente, que trabaja tan bien de lo que yo quiero currar. He visto lo que quiero ser en Skam. He trabajado de ello y ha sido una experiencia de la ostia, y he crecido un montón como persona y como actriz. Eso del rodaje, luego cuando se emitió, supuso un cambio en mi vida enorme porque sigo siendo la misma persona, dentro de lo que cabe porque cada dos meses estoy cambiando porque soy así, pero, el hecho de que la gente te conozca y te hable de sus movidas, y te cuenten sus historias y que vean una parte de ellos en ti, en tu personaje, es que me hace ilusión.
El año pasado te vimos por LOS40 Music Awards, ¿cuál fue la anécdota que todavía recuerdas de esa noche?
Esa noche conocí a Anna Castillo que era mi crush y vi a mi ex con la que luego acabé saliendo y fue mi primer evento grande en plan con gente importante. Me sentí super, super rara, pero fue muy guay el poder disfrazarme de elegante por una vez y ver a gente a la que yo admiraba. Conocer gente que yo llevaba viendo desde pequeña, yo me quedo con eso de ese día.
Te vimos en el vídeo de Manel Navarro, Keep on falling hace unos años, ¿cómo recuerdas aquella experiencia?
Fue poquito después de su gallo de Eurovisión y claro, mis amigas me vacilaban un montón con el tema y, aparte del vacile, sinceramente, fue algo super guay. Yo siempre he querido salir en un videoclip. De hecho, yo sé que quiere ser directora, aparte de actriz, porque sé que quiere dirigir videoclips de tanto verlos.
¿En el videoclip de qué artista te gustaría salir?
Me encantaría salir en un videoclip de Bad Gyal o de Bad Banny.
Muy urbana…
Sí, sí, muy urbana, yo la música que escucho es trap, reguetón, rap, R&B…
- UN SENTIMIENTO = UNA CANCIÓN (BY IRENE FERREIRO)
¿Tu próximo proyecto?
Ahora mismo me estoy centrando en mis estudios como actriz, he vuelto a mis estudios de interpretación después de estar dos años sin ellos porque estaba ocupada con la serie y el teatro y me hace muchísima ilusión estudiar lo que me gusta y, aparte, estoy preparando alguna cosilla, ahora sabemos que me gusta experimentar con diferentes facetas y estoy intentando lanzar mi marca de ropa. Son dibujitos que empecé a hacer en cuarentena y, de repente, ahora estamos produciendo las primeras muestras y es como ‘uau, esta mierda que dibujé yo hace un par de meses, ahora es una prenda de verdad’ y me hace muchísima ilusión’.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...