Reproducir ‘Baby Shark’ en bucle y durante horas es la tortura para los prisioneros de Oklahoma
Imputados tres trabajadores de la cárcel por este delito
Trabajadores de la cárcel de Oklahoma, dos ex operarios y su supervisor, imputados por la nueva tortura musical. Se enfrentan a un delito menor de crueldad por reproducir la pieza infantil Baby Shark en buble, durante horas y con gran volumen. Así lo informó el fiscal del caso la semana pasada.
Las víctimas son cinco internos que sufrieron la situación cinco veces por separado. Con las manos esposadas y mirando a la pared escuchaban la pegadiza y repetitiva canción en forma de castigo. Ocurrió el año pasado en noviembre y diciembre a las dos y tres de la mañana, prohibiendo así el sueño a los prisioneros.
“Ha sido muy desafortunado que no haya podido encontrar una figura jurídica que encaje en este escenario de los hechos", ha comentado David Prater, fiscal encargado del caso. "Me habría gustado presentar cargos por un delito grave por su comportamiento". Según el profesional “actuaron de manera incorrecta, conjunta y a propósito" y de un modo "cruel o inhumano".
Él asegura que estos actos por parte de Gregory Cornell Butler Jr. y Christian Charles Miles, trabajadores de 21 años de la cárcel, tuvieron graves consecuencias en las víctimas. "Estrés emocional indebido en los internos, que ya estaban sufriendo con toda probabilidad", confirmaba Prater. La defensa de los imputados es que “era una broma” entre colegas y que su supervisión siempre ha sido “excelente”.
El tema infantil, que ya cuenta con más de un millón de reproducciones, ha acabado con el peor uso posible. Informaban del caso los diarios generalistas The Oklahoman y The New York Times.