Vanesa Lorenzo nos plantea el yoga y la disciplina positiva como método para educar a nuestros hijos

A ella no le ha ido mal y ahora lo comparte en un libro

Portada del segundo libro de Vanesa Lorenzo. / Foto cedida por Planeta

Vanesa Lorenzo es una de esas celebs que ha conseguido ser algo más que la mujer de un futbolista. Su relación con Carles Pujol se ha ido consolidando con el paso del tiempo y han formado una bonita familia con sus dos hijos.

Ella empezó muy joven en el mundo de la moda internacional y a lo largo de los años ha demostrado que es una mujer todoterreno que lo mismo puede desfilar, como diseñar, como escribir un libro sobre la educación de los hijos a través del yoga y la disciplina positiva.

Hace más de 15 años descubrió el yoga en Nueva York y lo ha integrado en su vida como filosofía vital que comparte en sus redes sociales.

A través del yoga y la disciplina positiva, cada vez más en auge, podemos conseguir que nuestros hijos crezcan más conscientes, tranquilos y seguros de sí mismos y aprendan a gestionar mejor las emociones como la rabia, la frustración, la ansiedad o la impaciencia. Y no lo dice ella, que también, sino que recurre a voces expertas para conocer sus testimonios.

La base es desaprender mucho de lo que sabemos y emprender junto a nuestros hijos un nuevo camino de aprendizaje constante. A ella, además, estas disciplinas le ayudaron mucho durante el confinamiento. “La práctica (del yoga) me proporcionó la clave para abordar la situación desde una perspectiva más sana: tenía que aceptar y vivir el momento y dejar de preocuparme en exceso por el futuro”, asegura, “con ayuda de los principios de la disciplina positiva y del yoga para niños, encontramos nuevas formas de enfrentarnos a los retos de convivencia y a la incertidumbre del momento, y la calma regresó, al menos a ratos, a nuestras vidas”.

Disciplina positiva

La autora cuenta su primer contacto con la disciplina positiva fue en un taller al que asistió con su pareja. Se enamoró de las enseñanzas que recibió que le ofrecieron herramientas prácticas y muy útiles. Una de las bases es tratar a los niños con el mismo respeto y la misma dignidad que los adultos: hay que establecer relaciones horizontales.

Y que nadie se asuste por la teoría porque en el libro también plantea ejemplos propios del día a día de cualquier familia para tener una nueva visión para afrontar ciertos problemas de confrontación con los más pequeños. Es una cuestión de cambiar la perspectiva.

Yoga con niños

Vanesa lleva muchos haciendo yoga y sus hijas han crecido viéndola practicarla. “En ellas, la curiosidad por el yoga nació de manera espontánea. Ellas me veían practicar y, al momento, intentaban imitarme, me preguntaban qué estaba haciendo o si ellas podían acompañarme. A mí me gustó que mostraran tanto interés por lo que yo hacía, así que intenté explicarles cómo se hacían algunas posturas”, explica.

“Para ellas, hacer las posturas, que en la práctica infantil acostumbran a ser alegorías, era algo divertido, pero en esa práctica no había conexión con el cuerpo ni con la respiración: no era yoga. Por mucho que lo intentara no lograba transmitirles mi conocimiento”, confiesa. Fue entonces cuando recurrió a una profesional acostumbrada a trabajar con niños, “la filosofía del yoga es complicada para ellos y hay que saber cómo abordar la práctica para que ésta les resulte divertida, interesante, placentera y provechosa”.

Cristina Zavala

Periodista enamorada de todo el entretenimiento....