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‘Gambito de Dama’: qué hay de real y qué de ficción en la nueva serie de Netflix
La producción protagonizada por Anya Taylor-Joy bebe de hechos reales (e inventados)
Gambito de Dama ha sido la sorpresa del pasado mes de octubre para unos suscriptores de Netflix que se encontraron de golpe la historia de una huérfana, en la Guerra fría, que resulta ser una prodigio del ajedrez y logra que la mitad del planeta se interese por tal deporte.
Tanto es así, que tras ver los 7 capítulos de la miniserie son muchos los que tienen sed de saber más sobre Beth Harmon (interpretada por Anya Taylor-Joy) y su historia que, en realidad, está basada en personajes reales pero también bebe mucho de la ficción.
Por lo que, a continuación, enumeramos los pasajes que tuvieron su raíz en la realidad y los que surgen de la imaginación:
"Un tributo a las mujeres inteligentes"
- El personaje de Beth Harmon está basado en la protagonista de la novela homónima escrita por Walter Tevis. Pero el autor no se inspiró en una mujer, sino que partió de varios jugadores de ajedrez reales para construirla.
- El libro se publicó en 1983 y su propio escritor lo definió como un "tributo a las mujeres inteligentes". Pero la realidad es que los jugadores en los que se inspiró para crear a Beth eran todo hombres (y entre ellos él mismo que también competía).
- La infancia medicada y el alcoholismo de Beth parten de la propia niñez del autor que ya relató en El hombre que cayó a la Tierra, otro de sus libros.
- La categoría de Beth era muy superior a la del autor del libro que confesó haber llegado a Clase C, que equivaldría a tener entre 1400 y 1599 puntos. Mientras la protagonista, para jugar internacionalmente debía contar como mínimo con 2400.
- Pero más allá de la novela, los creadores de la serie también bebieron de la biografía de Bobby Fischer, otro gran ajedrecista estadounidense. La película sobre él les hizo aprender a no mostrar tanto el tablero y más las expresiones faciales de los jugadores.
Paula Hergar
Periodista, redactora de LOS40 y mocatriz. Crecí creyendo que vivía en una serie de televisión y todo...