Especial
Dersu Uzala: una película que resalta el poder transformador de la naturaleza
A Contracorriente Films reedita la obra maestra de Akira Kurosawa, director de clásicos imperecederos como 'Ran' y 'Los siete samuráis'
Akira Kurosawa no estaba en el mejor momento de su carrera cuando se embarcó en la adaptación de los diarios del explorador y naturalista ruso Vladímir Arseniev. El estrepitoso fracaso del rodaje de Tora! Tora! Tora!, que abandonó de malas maneras; la pérdida de sintonía con Toshiro Mifune, su actor fetiche, tras el rodaje de la maravillosa Barbarroja, y la escasa relevancia que recibió su primera película en color, Dodeskaden, le llevaron al límite y el cineasta trató de quitarse la vida.
Gracias a Dios, el mítico director de obras maestras como Los siete samuráis y El infierno del odio no cejó en su empeño de sacar adelante grandes proyectos y continuó como pudo hasta encontrar financiación. Como en Japón había dejado de encabezar las listas de la prestigiosa revista Kinema Junpo y sus películas ya no eran tan rentables como Barbarroja, su último gran éxito, decidió probar suerte en la vecina Unión Soviética.
El poderoso estudio Mosfilm de Moscú decidió financiar su próximo proyecto, Dersu Uzala, la historia de un cazador de la taiga siberiana que ayudó al equipo de naturalistas de Arseniev en su exploración de la cuenca del río Ussuri, la parte más oriental de Rusia. Un proyecto que llevó más de año y medio de rodaje y que sumó a su reparto a la estrella soviética Yuri Solomin y a un desconocido director de una pequeña compañía teatral de la ciudad de Tyva, Maksim Munzuk, en los papeles de Arseniev y Dersu Uzala.
La historia de Dersu Uzala gira en torno a la estrecha relación de amistad que entablaron aquel viejo y sabio cazador y Arseniev. Kurosawa fue capaz de capturar con su cámara la belleza de los paisajes siberianos y construir un alegato en defensa de la naturaleza: a lo largo de las dos horas de metraje se suceden brillantes planos generales que muestran en todo su esplendor los paisajes soviéticos y las reflexiones sobre Dersu Uzala sobre la necesidad de no destruir el medio ambiente. El cineasta, caracterizado por impregnar de un espíritu humanista todas sus películas –Barbarroja, Vivir y Los bajos fondos son tres de sus mejores ejemplos– tenía la historia perfecta entre manos.
Óscar a la mejor película
Esta hermosa historia de amistad basada en hechos reales se llevó en 1975 el Óscar a la mejor película de habla no inglesa y el Gran premio del festival internacional de Moscú, un año en el que también fueron galardonados el polaco Andrzej Wajda por La tierra de la gran promesa y el italiano Ettore Scola con su comedia Una mujer y tres hombres.
Precisamente para celebrar el 35 aniversario del estreno de Dersu Uzala, la distribuidora A Contracorriente ha reeditado la película en alta definición, la ha reestrenado en cines selectos y ha lanzado al mercado una nueva edición en Blu-Ray que forma parte de exclusiva colección de cintas de Akira Kurosawa. Una cuidada edición de caja negra que incluye numerosos extras, como varios documentos de archivo del rodaje de la película tras las cámaras o los anuncios propagandísticos soviéticos durante la celebración del festival de Moscú.
Además, incluye una entrevista de 20 minutos con el protagonista de Dersu Uzala, el actor Yuri Solomin, quien relata en primera persona cómo fue trabajar con Kurosawa, la estrecha relación de amistad que entablaron durante el rodaje –cuenta que todos los años Kurosawa, que era un gran pintor, le enviaba una postal diseñada de su propio puño– y el impacto que supuso para él conocer su muerte en septiembre de 1998, justo unos meses antes de un coloquio-presentación de Dersu Uzala organizado en Kioto.