‘El Padre’: Un Anthony Hopkins sublime, desgarrador y de camino al Óscar

El actor protagoniza junto a Olivia Colman (The Crown) este excelente drama sobre un anciano que padece demencia

Sir Anthony Hopkins durante una escena de la película 'El Padre', lo nuevo de Florian Zeller / Imagen promocional (A Contracorriente Films)

Mientras que la carrera de grandes leyendas del Séptimo Arte hace aguas durante su etapa tardía, la de Sir Anthony Hopkins se encuentra en una peculiar Edad de Oro. A pesar de sumar 82 años el actor británico se encuentra en plena forma, y su desgarradora, sublime, magistral interpretación en El Padre, que se estrena este 23 de diciembre en cines, tan solo certifica lo que muchos ya sabíamos: Hopkins no dejará de regalarnos papeles inolvidables hasta su último aliento.

El Padre es una película con la que muchos se sentirán identificados. Trata sobre un anciano, Anthony (Anthony Hopkins), que empieza a tener brotes de demencia que empeoran según pasan los días. Se olvida de tareas básicas, se despista, acusa a los demás de sus errores, deja de reconocer a su hija y hasta en algunos momentos llega a olvidarse de su propia identidad. "¿Quién, exactamente, soy yo?", pregunta en uno de los momentos más devastadores de la película. Mientras, su hija Anne (Olivia Colman) trata de hacer que se sienta lo más cómodo posible en su casa los últimos días que le quedan antes de meterlo en una residencia de ancianos.

Todos hemos tenido a aquel abuelo o abuela cuya lucidez hemos visto apagarse lenta, amarga y dolorosamente. Anthony Hopkins nos introduce al abismo de la demencia con su mirada perdida y rostro desconcertado. Detrás de esos ojos veteranos descubrimos la impotencia y confusión que supone el avance de ese virus llamado olvido. El actor nos entrega su alma y se lanza de cabeza hacia una de sus interpretaciones más brillantes.

Pequeños gestos, manías y sutilezas –no recordar dónde estaba un cuadro, mirar varias veces hacia el mismo pasillo para cerciorarse de que está en el lugar adecuado, no ser capaz de ponerse la manga de un jersey, observar tontamente cómo un niño juega con una bolsa al otro lado de la ventana– le dan a su personaje un realismo estremecedor. Sería imperdonable que los premios Óscar cometiesen la injusticia de no darle su segunda estatuilla. Y ojo: que Hopkins no está solo. A su lado tiene a una titán del cine como Olivia Colman (La favorita; The Crown), una actriz tan buena, cálida, cercana, sensible, perfecta que tan solo sirve para potenciar el sufrimiento y la tragedia de ese lento apagarse de su padre.

El Padre está dirigida por el cineasta francés Florian Zeller, a pesar de ser una producción británica. La película es excelente, está cargada de sutilezas y matices, es tristísima, de las de salir destrozado, con el cuerpo del revés, pero habiendo aprendido una importante lección de valor incalculable: debemos amar a nuestros seres queridos hasta el final de sus días.