Stella del Carmen, hija de Antonio Banderas, desvela las luces y sombras de vivir bajo la fama de sus padres
Aunque se siente agradecida, lamenta la falta de intimidad que tuvo que sufrir
"Hollywood es gloria y misterio" explica en su columna de Vanity Fair, Stella del Carmen, hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith. Y es que la modelo ha querido aprovechar su espacio en la revista para reflexionar acerca de cómo vive una joven, hija de padres famosos.
A pesar de que Stella deja claro que pertenecer a la familia que pertenece le ha brindado una gran cantidad de oportunidades, también lamenta la falta de intimidad que ha tenido que sufrir. "Hay un nivel de intimidad y normalidad al que no creo que ni mi familia ni ninguna otra mediática pueda acceder nunca", expresa la joven.
Y es que, tal y como ella cuenta, la joven pudo disfrutar de una infancia casi normal, a pesar del aislamiento que conlleva ser hija de padres famosos. Sin embargo, fue cuando llegó a la universidad cuando tuvo que aguantar miles de preguntas y comentarios a sus espaldas sobre su origen y la identidad de sus progenitores. "La primera frase que me decía todo el mundo era: '¿Tu padre es Antonio Banderas?'", relata Stella.
La joven incluso relataba una experiencia en la que un paparazzi destrozó un viaje entre padre e hija. Y es que, hace unos años, Banderas y ella hicieron un viaje a Perú, en el que subieron hasta el Machu Picchu, cuando llegaron, lo que encontraron era un fotógrafo intentando a toda costa conseguir una foto de la pareja.
Una situación en la que Stella recuerda que no pudo evitar contener las lágrimas ya que "rompió la magia" en el momento entre padre e hija. Pequeños detalles que se quedaron grabados a fuego en la memoria de la joven, quien, a pesar de todo, se siente agradecida de lo que le ha dado la vida. "Esto no lo cuento porque yo sea una desagradecida. Sin duda, mi vida ha sido un regalo precioso y algo que jamás he tratado de dar por sentado", explicaba.
Stella del Carmen también recuerda otros gratos momentos que ella ha vivido por ser hija de quien es, ya que estos, para otros adolescentes serían inalcanzables, como, por ejemplo, cuando fueron anfitriones de un acto del antiguo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. "Cuando tenía 16 años fuimos los anfitriones de un acto para recaudar fondos para la campaña del presidente Barack Obama y tuve la oportunidad de conocerlo en nuestra propia casa", recordaba la joven.
Sin embargo, haciendo balance de todo, Stella lanzaba una reflexión y es si todos los lujos y las maravillas que tener unos padres famosos le habían aportado, merecían la pena. "¿Merece la pena todo eso si al terminar el día la presión externa me vence? No podemos elegir las circunstancias en las que nacemos y no hay forma alguna de saber cómo es, realmente, la vida de otros", concluía la joven.