Godzilla vs. Kong: un festín de efectos especiales y acción sin límites

Cualquiera que haya disfrutado durante su infancia de aquellos clásicos de ciencia-ficción del estudio japonés Toho sabrá lo que significa que aterrice en salas de cine una superproducción centrada en Godzilla y King Kong: nostalgia, recuerdos y algo de ese placer prohibido que supone disfrutar de una película un poco anacrónica pero entretenida.

Warner Bros. y Legendary Pictures han hecho realidad los sueños de aquella generación pretérita y han traído de vuelta este tipo de películas que siguen el formato de lucha eterna entre dos gigantes monstruosos. Godzilla vs. Kong es a la vez remake de King Kong contra Godzilla (1962) de Ishirô Honda y spin-off de Kong: La isla calavera (2017). No necesita presentación ni explicación sobre su trama: humanos indefensos, puñetazos entre gigantes y explosiones por doquier.

El primer tráiler de la película se estrenó ayer, y los fans no podrían (podríamos) estar más satisfechos con el avance. La película luce muy dinámica y cuenta con un reparto estupendo encabezado por Peter Skarsgard, Rebecca Hall y la estrella de Stranger Things, Millie Bobby Brown, que parece haberle pillado el gusto a esto de los monstruos paranormales.

Aunque lo que más ha destacado de este tráiler son sus prominentes efectos especiales, increíblemente hiperrealistas, que le dan un tono épico e inigualable a la película. La rugosidad del caparazón de Godzilla, la increíble mirada de King Kong, los estallidos de los misiles y hasta el pelo del cuerpo del primate consiguen transmitir un realismo estremecedor que pone de relieve los increíbles avances que Hollywood ha conseguido en estas últimas décadas.

"El épico choque entre los dos titanes, instigado por fuerzas invisibles, solo es el comienzo del misterio que se esconde en las profundidades de la Tierra", reza la sinopsis oficial. Ahora, a todos nos queda la misma pregunta: ¿Quién ganará la batalla? Lo sabremos el próximo 17 de marzo de 2021, fecha escogida por Warner para estrenar la película en cines a escala internacional. Siempre que el coronavirus lo permita.