Muere Divinity, la paloma blanca de Prince, a los 28 años: “Fue un vínculo con sus fans”
El animal apareció acreditado como una de las "voces" de la canción 'Arboretum', perteneciente al álbum 'One Nite Alone...'
A veces la relación que mantenemos con nuestras mascotas es tan intensa que los vemos y tratamos como a humanos. Cualquiera que tenga un perro, un gato, un hámster o hasta un periquito sabrá de lo que hablo. Prince no se quedó atrás en su relación con los animales, y su extraña pasión por las aves siempre dio mucho de qué hablar.
Divinity, una de sus más queridas mascotas, tenía 28 años cuando el pasado 2 de febrero emprendió su último vuelo. Se trataba de una paloma blanca que vivía desde los años 90 en Paisley Park, el gran complejo de producción de Prince. "Era uno de los vínculos perdurables entre Prince y sus fans", explicó Alan Seiffert, director ejecutivo del Paisley Park, hoy reconvertido en un museo para turistas. "La echaremos de menos".
Divinity tuvo su gran momento de gloria en 2002 cuando participó como una de las voces "invitadas" en el álbum One Nite Alone..., en concreto en la canción Arboretum, donde Prince utilizó su arrullo como efecto de sonido de fondo.
Su partida supone un nuevo cierre de capítulo simbólico en el legado de Prince, aunque según señala Mitch Maguire, jefe de conservación de Paisley Park, "dentro de poco llegará una nueva generación de palomas" a la casa-museo.
Divinity no era la única paloma de Prince. Su Majestad tenía también otro ave, un hermano de Divinity llamado Majesty que salió en la icónica canción 7 del videoclip de Prince & The Power Generation de 1992. Allí, frente a las cámaras, fue besada en la nuca por Mayte García, quien se convertiría entre 1996 y el año 2000 en la esposa de Prince y con quien llegaría a tener un hijo, Amiir Nelson, quien lamentablemente murió de forma trágica a los seis días de nacer.
Divinity se une a Majesty, Amiir y Prince Roger Nelson en donde quiera que se encuentren. El cantante falleció el 21 de abril de 2016, a los 57, tras sufrir una sobredosis de fentanilo, un poderoso opioide analgéisco muy superior a la morfina.