60 años del debut de los Beatles en The Cavern con un singular concierto a mediodía y abundantes anécdotas
Situado en una estrecha calle del centro de Liverpool, hoy es un lugar de culto, un sitio mítico, porque fue aquí donde arrancó, hace 60 años, una de las más extraordinarias historias de la música pop. La historia de The Beatles

The Beatles en The Cavern Club en 1961 / Michael Ochs Archives (Getty Images)
The Cavern Club era un sótano oscuro y húmedo, mal ventilado, que durante la II Guerra Mundial había servido de refugio antiaéreo. Situado en una estrecha calle del centro de Liverpool, hoy es un lugar de culto, un sitio mítico, porque fue aquí donde arrancó, hace 60 años, una de las más extraordinarias historias de la música pop. La historia de The Beatles.
El 9 de Febrero de 1961, The Beatles dieron su primer concierto en The Cavern Club. La banda estaba entonces formada por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Stuart Sutcliffe (al bajo) y Pete Best (a la batería). Best sería sustituido en Agosto de 1962 por Ringo Starr. Después de pasar un tiempo en Hamburgo, el desánimo cundía en el quinteto y no fue fácil conseguir un hueco en el popular Cavern.
A la hora del almuerzo y por 5 libras
El primer show de The Beatles en el Cavern Club fue a la hora del almuerzo (lo que los ingleses llaman el ‘lunchtime’), entre las 12:00 y las 2:00 de la tarde. No se había promocionado y no reunió a mucha gente. El grupo cobró 5 libras (5’70 €) a repartir entre los cinco. Tocaron a libra por barba. Aunque bien es cierto que 5 libras de los años 60’s equivaldría a unos 110€ en 2021, que tampoco es mucho.
Paul McCartney se escapó del trabajo saltando un muro
Había dudas de que Paul McCartney llegara a tiempo. Por entonces, trabajaba en la fábrica textil Massey and Coggins, y aunque era un concierto a la hora del almuerzo, no había seguridad de que pudiera salir, hacer el concierto y regresar a tiempo al trabajo. “Recuerdo a los chicos – a John y a George en particular – llegando a la fábrica en la que trabajaba diciendo ‘tenemos una oferta para tocar en el Cavern’, y yo contesté ‘no estoy seguro, yo trabajo aquí, es un trabajo real con un buen futuro para mí’. Me respondieron ‘no, ven con nosotros’. Y yo salté el muro”.
El muro, como recuerda el director de Massey & Coggins, Jim Gilvey, tenía más de 4 metros de alto. Si se daba prisa y corría, podía coger el autobús o el tren para llegar a la ciudad. Haría lo mismo para regresar, y la escapada entera probablemente se ‘comería’ tres horas de su jornada laboral. Aun así, lo hizo, y aunque descubrieron su ausencia, después de la regañina, Paul prometió que no lo volvería a hacer más.
Los vaqueros, prohibidos en el Cavern
En aquella época, los Beatles solían llevar cazadoras negras de cuero y vaqueros. Esto enfurecía al propietario del local, Ray McFall, a quien no le gustaba nada el rock and roll: “No me gustaba que llevaran vaqueros, estaba prohibido en el Cavern”, señada McFall en el libro de Spencer Leigh ‘The Cavern’. “Nuestro portero no dejaba entrar a nadie con jeans. Yo pensaba que si la gente vestía bien, con ropa limpia, se comportaría mejor porque no querría mancharla o estropearla”.
Cuando vio llegar al grupo aquel día, se lo tomó como una ofensa y les comunicó que tendrían que vestir mejor si querían volver a tocar de nuevo en el club.
Es popular la anécdota de George Harrison, que llegó al club con su vaquero azul y se encontró con que no le dejaban entrar. Tuvo que convencer al gorila de la puerta, Paddy Delaney, de que él era uno de los que actuaban.
Comían, bebían, fumaban y bromeaban mientras actuaban
Esas sesiones en The Cavern a la hora del almuerzo, eran muy populares entre los jóvenes que trabajaban en las oficinas del centro de la ciudad. Muchos de ellos llevaban sándwiches que comían mientras veían a los grupos.
“Al principio, solíamos tocar a la hora del almuerzo”, recordaba George Harrison en ‘Anthology’. “Íbamos al Cavern y tocábamos desde mediodía hasta las dos o así. Era todo muy casual. Nos tomábamos nuestro té y nuestros sándwiches y fumábamos nuestros cigarrillos sobre el escenario, mientras cantábamos algunos temas y hacíamos algunos chistes”. John Lennon, por su parte, rememoraba que “durante esos días en el viejo Cavern, la mitad de las cosas que hacíamos eran improvisadas, lo que se podría llamar comedia. Solíamos liarla, saltar sobre el público, hacer cualquier cosa”.
Uno de los pocos afortunados que estuvieron en aquella primera actuación es Alex McKechnie, que entonces tenía 16 años y trabajaba como chico de los recados en una imprenta. En declaraciones a The Guardian, recordaba: “Había buen ambiente aquel día, aunque no había mucho público. Ellos fueron sarcásticos, siempre haciendo el cabra y bromeando. Crearon mucho entusiasmo en el local. Eran diferentes a cualquier otra banda”.
Húmedo, oscuro, ruidoso y emocionante
Aunque el aforo del Cavern Club era de 200 personas, ocasionalmente había 500. Paul McCartney recordaba “Era ‘sudoroso’, húmedo, oscuro, ruidoso y emocionante. Algunas veces la condensación del techo caía sobre nuestro equipo, los fusibles de los amplificadores saltaban y nos quedábamos sin electricidad. Entonces improvisábamos, hacíamos cosas a capella, cualquier cosa que la gente pudiera cantar con nosotros”.
Un año y medio y 292 conciertos en el Cavern
Después de aquel estreno en The Cavern Club, llegaron muchos más shows. Durante un año y medio ofrecieron en torno a 292. Rápidamente, el grupo se convirtió en un asiduo del local que atraía a un público leal.
The Beatles se consolidaron como la banda emblemática del Cavern Club. Fue el sitio en el que la banda forjó su identidad musical y donde Brian Epstein les vio por primera vez, el 9 de Noviembre de 1961, poco antes de convertirse en su manager. Muchos de sus fans mantienen que esos conciertos a la hora del almuerzo son lo mejor del grupo.
Su última aparición fue el 3 de Agosto de 1963. La situación de The Beatles había cambiado mucho por entonces. Les pagaron 300 libras… 60 veces más de lo que cobraron aquella primera vez.
Para celebrar estas seis décadas de aquel concierto, han nacido acciones tan originales como la música de la banda. Sin ir más lejos, esta agencia, James Brand & Co., ha creado un juego con sorteo incluido. Todo aquél que acierte las diez canciones de la banda representadas gráficamente entra en el sorteo para conseguir los dos álbumes recopilatorios: The Red Album & The Blue Album.
¡Larga vida a Los Beatles!