Héroes anónimos: “Un desconocido le hizo el boca a boca a mi madre y le salvó la vida”
Estas historias nos han marcado
Foto / Getty Images
En ocasiones nos encontramos con pequeños gestos que pueden alegrarnos el día o que incluso pueden salvarnos la vida. Es verdad, que esto no sucede muy a menudo, pero si pasa, estamos seguros de que no lo olvidaremos fácilmente.
Hoy en Anda Ya hemos querido hablar de esas historias que nos han regalado héroes anónimos, esas personas que sin pedir nada a cambio aparecen en nuestras vidas para echarnos un cable cuando más lo necesitamos.
Como era de esperar, las grandes historias que llegan hasta nuestros oídos siempre nos las regalan nuestros andayeros. Muchos de ellos hasta sienten que tiene una pequeña deuda con la humanidad, por aquellos ángeles que se han colado en su camino.
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Entre ellos está Teresa, nuestra oyente de Granada nos ha confesado cómo vivió y superó uno de sus momentos sentimentales más complicados. Cuando tuvo que enfrentarse a su primera ruptura, el mundo se le vino encima. Se quedó sin novio, tirada en la estación de tren y sin billetes para volver a casa. Por suerte, todo cambió gracias a Ángel, un taxista con el que hoy sueña con reencontrarse.
Eduardo de Ponferrada no se queda atrás. Su familia tuvo un accidente de tráfico muy grave, tanto que su madre quedó atrapada en el coche, inconsciente y sin respiración. En ese momento, y según recuerda su hermana, un hombre, al que no han logrado localizar, le hizo el boca a boca y le salvó la vida.
Desde ese momento en su familia están muy agradecidos por la segunda oportunidad que les dio la vida, y además de recomendar a todo el mundo que se anime a formarse en técnicas de reanimación, siempre ayudan a cualquiera que necesite la más mínima ayuda.
Cristina de Granada también nos ha sorprendido con su testimonio. Esta andayera, que es una apasionada del deporte, decidió salir un 1 de enero con la bici a Sierra Nevada. En la subida todo fue como la seda, pero a la vuelta, se quedó sola y pinchó una rueda. Recuerda que no podía ni mover las manos de lo congelada que estaba. Por suerte, y cuando parecía que estaba todo perdido, una pareja apareció en coche y la rescató.
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