Especial
El pasado traumático de Sharon Stone: abusos sexuales y miseria machista en Hollywood
La actriz ha publicado un demoledor libro de memorias en el que tiene para repartir palos a diestra y siniestra
Se titula La Belleza de Vivir Dos Veces (The Beauty of Living Twice) y ha supuesto un auténtico terremoto en Hollywood. La actriz Sharon Stone, conocida por sus increíbles papeles en Casino e Instinto Básico, ha confesado en unas durísimas memorias que a lo largo de su vida sufrió toda suerte de penurias, entre ellas un infarto cerebral, aumentos de pecho no consentidos, abusos sexuales cuando era niña y manipulaciones de cara a los rodajes de las películas en las que aparecía.
Este libro, que se estrena este mismo martes bajo el amparo de la editorial Atlantic Books, recopila alguno de los pasajes más turbios de la vida de Stone, una de las mayores celebridades de Hollywood. A sus 63 años, y con un premio Emmy y un Globo de Oro a sus espaldas (además de una nominación al Óscar por su excelente trabajo en Casino), la actriz no ha dejado títere con cabeza y ha confesado todo aquello que llevaba dentro desde que era tan solo una cría.
Abusos sexuales cuando era niña
Uno de los pasajes más demoledores y escalofriantes tiene que ver con su abuelo materno, Clarence Lawson, a quien ha acusado de haberla violado tanto a ella como a su hermana Kelly en reiteradas ocasiones cuando aún eran unas niñas pequeñas. No especifica la edad, pero cuenta que se libraron de este violador cuando murió. Ella tenía 14 años por aquel entonces y su hermana 11, así que los hechos debieron producirse mucho antes. Cuando fueron a su funeral Stone recuerda la siguiente anécdota: "Pellizqué su cuerpo, y sentí la bizarra satisfacción de saber que había muerto. Miré a Kelly y ella lo entendió; tenía 11 años y todo había acabado".
Según narra Stone, tanto Lawson como su esposa (su abuela, de quien también abusaba) las encerraban en una habitación cuando iban de visita. Atrapadas y sin escapatoria, Lawson aprovechaba el momento para abusar de ellas, todo según la versión de Sharon Stone. Cuando el hombre murió y fueron a su funeral.
La miseria machista de Hollywood
Otros de los pasajes más terribles que narra Stone tiene que ver con su trabajo frente a las cámaras. Ella sostiene que aquel mítico cruce de piernas de Instinto Básico no estaba previsto tal y como fue. De hecho, cuando estaba sentada en la silla y dispuesta a rodar la escena, Paul Verhoeven, el director, le dijo: "No se va a ver nada; solo necesitamos que te quites las bragas porque el blanco refleja la luz y se nota que las tienes puestas". Pero cualquiera que haya visto la película sabe que no es así.
Sharon Stone tiene claro que, en su época de máxima fama, ser mujer en Hollywood era no ser nada. Según explica, daba igual si trabajaba con un genio del cine que con un director mediocre: ella nunca tenía ni voz ni voto en los rodajes. Solo opinaban los hombres. Eso sí: ella amaba tanto actuar que se volcó al cien por cien en sus proyectos.
Incluso cuando un productor se acercó a ella y le dijo que tenía que mantener relaciones sexuales con un actor para conseguir "más química", algo a lo que ella se negó aprovechando a recomendar que buscasen a otra estrella, no cejó en su empeño. "¿Qué te crees, que porque me acueste con él va a actuar mejor? Nadie es tan bueno en la cama", le respondió. Ni siquiera desistió en su tarea de ser actriz cuando, en plan superproducción (no menciona cuál), supo que el director que no quería dirigirla porque ella se negaba a sentarse en su regazo.
Una operación de pecho no conentida
Suena raro, pero es cierto: en 2001 Sharon Stone tuvo que someterse a una cirugía para quitarse varios tumores que tenía en el pecho. Al despertar de la operación se percató de que su pecho había aumentado "en una copa completa". El cirujano le respondió que esa talla encajaba mejor con el cuerpo de la actriz.
"Cambió mi cuerpo sin mi conocimiento ni, mucho menos, mi consentimiento. Me dijo que estaría mejor con pechos mejores. ¡Mejores! ¿Cómo que mejores?", reflexiona la artista en sus memorias. Uno de los pasajes que mejor describen el machismo estructural de una sociedad anquilosada en valores pretéritos que, sin mujeres empoderadas de referencia, puede llegar a las más altas cotas de miserabilidad e infamia.
Una vida complicada y un futuro prometedor
Sharon Stone no solo ha tenido malos momentos en Hollwood y durante su infancia: a poco de cumplir los 40 años sufrió un infarto cerebral que casi acaba con su vida. Los médicos le dieron solamente un 1% de esperanza de vida, pero tras una complicada operación de 7 horas consiguió salir adelante. Eso cambió su percepción de la vida: se reencontró consigo misma y empezó a vivir una vida mucho más 'hippie', como ella misma la describe.
"Aprendí a ver las cosas de forma diferente. Aprendí esto de estar a punto de morir, lo aprendí de la vida, y de aquello que habitualmente se ha dicho de mí: que soy 'la última estrella de cine viva'".
Actualmente Sharon Stone tiene 63 años, sus memorias recién publicadas y, por delante, un futuro incierto como actriz. Desde que sufrió su infarto cerebral apenas la llaman para rodar películas. En la última década esencialmente ha rodado anuncios para Alain Afflelou y algunas comedias románticas bobas como De madre a hijas o cintas prescindibles como El galope salvaje.
En los últimos años la actriz ha colaborado junto a Paolo Sorrentino en uno de los episodios de El Nuevo Papa, donde se interpreta a sí misma, y forma parte del reparto de Ratched, donde encarna a Leonor Osgood. Entre los proyectos más interesantes que tiene entre manos están Here Today, que dirige la leyenda de la comedia Billy Crystal, y la interesante Beauty, que rodará para Netflix en los próximos meses.