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Kurt Cobain: La autodestrucción del líder de Nirvana, un hombre enfermo, voluble y “demasiado sensible”
A primera hora de la mañana del 8 de abril de 1994, el electricista Gary Smith llegó a la casa que Kurt Cobain compartía con su mujer Courtney Love, en Lake Washington... Nadie respondió
A primera hora de la mañana del 8 de abril de 1994, el electricista Gary Smith llegó a la casa que Kurt Cobain compartía con su mujer Courtney Love, en Lake Washington. Llamó a la puerta, pero nadie respondió. En realidad, tampoco esperaba encontrar a nadie despierto a esa hora, así que se dispuso a instalar el sistema de seguridad que Cobain le había encargado. Se dirigió hacia el garaje y empezó a trabajar. Mientras tiraba algunos cables desde el tejado, miró a través de las ventas y detectó algo. Al principio, pensó que era una especie de maniquí tendido sobre el suelo. No le extrañó. Cualquier cosa se podía encontrar allí, Kurt era aficionado a recoger cosas extrañas que veía por la carretera
Sin embargo, una inspección más cercana, le permitió vislumbrar un arma sobre el pecho de la figura. Nada se movía. Gary se dio cuenta entonces de lo que estaba viendo. Acababa de descubrir el cuerpo sin vida de una de las mayores estrellas del rock del planeta.
Un mes antes, en Roma…
Solo un mes antes, en Roma, Cobain había entrado de lleno en una espiral descendente cuando estuvo en coma después de ingerir una mezcla de champán y Rohypnol (“50 jodidas pastillas”, contó Courtney). En una entrevista con la revista Rolling Stone, de diciembre de 1994, Love contó que Cobain sufría una grave depresión antes de su llegada a Italia, y que le había dicho por teléfono que odiaba todo, a todo el mundo. ‘Lo odio, lo odio, lo odio’. Me llamó desde España llorando. Yo iba a estar fuera durante 40 días, con mi banda". Durante años se ha debatido si este incidente fue un intento de suicidio de Cobain. De hecho, Love asegura que dejó una nota: "Dr. Baker dice que debería elegir entre la vida y la muerte. Yo elijo morir".
Después de cinco días en el hospital, la pareja regresó a su casa en Seattle. Pocos días más tarde, Love llamó a la policía cuando Cobain se encerró en una habitación con un arma. Los oficiales confiscaron cuatro escopetas y un bote de pastillas. El cantante aseguró que no planeaba quitarse la vida. Se había encerrado porque quería esconderse de su mujer.
Saltó la valla y escapó
Temerosos y preocupados por su salud mental y su adicción a las drogas, Love y sus amigos consiguieron que el 30 de marzo de 1994, entrara a regañadientes en un centro de rehabilitación de Los Ángeles, el Exodus Recovery Center. Sin embargo, el 1 de abril, dijo que salía a fumar un cigarro, escaló la valla de casi dos metros que rodeaba el centro y se escapó. Compró un billete de avión con destino a Seattle. En ese vuelo, su asiento estaba junto al de Duff McKagan, el bajista de Guns N'Roses. No eran amigos, de hecho a Cobain no le gustaba la banda, especialmente su cantante, Axl Rose. McKagan contó después que Cobain "parecía feliz" de verle y que "sabía por mi instinto que algo iba mal".
Seis días desaparecido
Sobre lo que hizo tras su llegada a Seattle hay todo tipo de conjeturas. El caso es que estuvo ‘desaparecido’. Se ha dicho que compró heroína y se encerró en el motel Marco Polo, registrándose como Bill Bailey (William Bruce Bailey es el nombre real de Axl Rose), o que el 2 de abril llegó a su casa y mantuvo una breve conversación con la niñera de su hija Frances. El 4 de abril estuvo comiendo pudding en un restaurante y después fue al cine y estuvo viendo El piano, la película de Jane Campion. Al parecer, durante alguno de esos días, también se acercó a la tienda de deportes y compró cartuchos para su nuevo juguete, una escopeta Remington M11 de calibre 20. Su amigo Dylan Carlson se la había conseguido pocos días antes. Aunque intentó pasar desapercibido, con un abrigo amplio y grandes gafas de sol, algunos le reconocieron y mantienen que parecía “enfermo” y “fuera de sí”.
Nadie sabe con certeza cómo pasó Cobain sus últimas horas. Lo que sí está comprobado es que, en algún momento de la tarde del 5 de abril, se atrincheró en un pequeño estudio sobre su garaje, cerró la puerta, y escribió una nota en la que manifestaba lo infeliz que era en su vida.
“¿Por qué no puedo disfrutar? Se me ha acabado la pasión”
Estaba dirigida a Boddah, el nombre del amigo imaginario que tenía en su infancia. Estos fueron algunos de los últimos pensamientos de Kurt:
“Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola. Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan como le afectaban a Freddie Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Es algo que admiro y envidio. El hecho es que no os puedo engañar. A ninguno. El peor crimen que puedo imaginar sería estafar a la gente simulando que me estoy divirtiendo 100%".
“¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina… y una hija que me recuerda mucho cómo había sido yo… Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a toda la humanidad en general… Soy demasiado errático y voluble. Se me ha acabado la pasión, y recordad que es mejor quemarse que apagarse lentamente… Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida, que será mucho más feliz sin mí. OS QUIERO. OS QUIERO”.
Fumó algunos cigarrillos y bebió una lata de cerveza sin alcohol. A continuación, se inyectó una dosis letal de heroína, y extendió dos toallas sobre el suelo, así como su chaqueta de pana marrón. Sacó su cartera y su carnet de conducir. Se tumbó sobre las toallas, y alcanzó su Remington.
El trágico desenlace no sorprendió a quienes le conocían realmente.
La autodestrucción de un hombre enfermo
Tímido y sensible, Cobain se enfrentó a la inmensa fama que le produjo ser el líder de una de las grandes bandas en el mundo. Sufrió depresión, batalló son su adicción a la heroína, y sus problemas estomacales no diagnosticados le causaban considerables dolores (“agradezco desde lo más profundo de mi nauseabundo estómago vuestras cartas", decía en su nota de despedida). Aunque parecía que había encontrado la felicidad junto a Courtney Love, y siendo padre de su adorada Frances Bean, el 5 de abril de 1994, tomó la decisión de terminar con su vida.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop