Alucina con las impactantes segundas oportunidades de nuestros andayeros

Esta semana en Anda Ya hemos querido conocer vuestras historias sobre segundas oportunidades. Aunque primero hemos querido averiguar qué segundas oportunidades han tenido los famosos.

En lo que al amor se refiere, uno de los mejores ejemplos son Justin Timberlake y Jessica Biel, que se conocieron en los Golden Globes de 2007. En 2011 se separaron por un tiempo, pero un año después se casaron y hoy en día tienen un hijo y son unas de las parejas más envidiadas de Hollywood.

Otro maravilloso caso es el de Pink y el expiloto de motocross Carey Hart, que este año celebran su decimosexto aniversario de bodas, pero que desde que se conocieron en 2001, han sufrido dos rupturas, una en 2003 y otra en 2008.

Aunque sin duda, el caso que nos hace creer verdaderamente en el amor, es el de nuestra andayera, Verónica que poco tiempo después de quedarse embarazada recibió la noticia de que su pareja, Javi tenía un cáncer terminal. Tres meses después de casarse, él falleció. Durante todo aquel mal trago, su amiga Sara estuvo a su lado, incondicionalmente. Tras pensar que no volvería a creer en el amor, acabó dándose cuenta de que estaba enamorada de ella. A día de hoy llevan dos años felizmente juntas.

Por otro lado, las segundas oportunidades no son solo al amor, sino también a la vida. ¿Sabías qué Tom Hanks estuvo al borde de la muerte mientras rodaba El Náufrago? Las heridas durante el rodaje se le infectaron hasta tal punto que acabó ingresado. Kayne West también estuvo a punto de perder la vida en un accidente de tráfico en 2001.

Nuestros presentadores Dani Moreno “el Gallo” y Cristina Boscá han alucinado con el testimonio de otro de nuestros oyentes, Raúl, que hace 25 años tuvo un accidente de moto en el que su novia falleció en el acto y él, aunque tuvo la suerte de sobrevivir, se rompió casi todo el cuerpo, perdiendo una mano y una pierna.

Nos cuenta cómo en el hospital se le planteaba un futuro incierto. La preocupación entre sus familiares crecía, pero con muchos meses de rehabilitación consiguió salir adelante. Sus ganas de seguir haciendo cosas eran tales, que no se lo pensó cuando su mejor amigo le propuso hacer un viaje en coche por el desierto de Marruecos, incluso antes de tener su pierna ortopédica.

A pesar de que aquella aventura estuvo llena de dificultades: pincharon ruedas y tuvo que aprender a ducharse a la pata coja, se dio cuenta de que “las limitaciones nos las ponemos nosotros. De hecho, los demás te ayudan”.

Más tarde, se sacó el título de patrón de barco y el de piloto de vuelo sin motor. Hoy en día está felizmente casado, tiene tres hijos y se dedica profesionalmente a correr carreras virtuales en un simulador de coche.

Los de nuestros andayeros son dos claros ejemplos de que no hay que rendirse nunca ante las adversidades de la vida, por complicado que nos pueda parecer.

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