Especial
Héroes del Silencio: el documental sobre su historia en siete frases estrella
Analizamos el proyecto estrenado en Netflix sobre el ascenso de la legendaria banda de rock español
No podía haber un mejor día para estrenar el documental que recoge la historia de Héroes del Silencio que el 23 de abril, patrón de Aragón, un lugar que siempre tuvieron muy presentes y que nunca abandonaron. La banda, una de las más importantes de nuestra música, se forjó en Zaragoza y llegaron a trascender más allá de nuestras fronteras, logrando un reconocimiento que aún hoy en día sigue en pie.
Héroes: Silencio y Rock & Roll se ha estrenado través de Netflix, con la producción de Miguel Ángel Lamata y la dirección de Alexis Morante. En él podremos ver y escuchar a Enrique Bunbury, Juan Valdivia, Pedro Andreu y Joaquín Cardiel con entrevistas y material audiovisual inédito del mítico cuarteto. También están presentes voces reconocidas de la crítica musical de nuestro país y voces que conocen de primera mano la historia de ascenso meteórico de la banda.
Desde sus inicios sonando en la radio de su ciudad hasta su completa despedida como grupo, en una gira de reunión en 2007, la banda vivió un ascenso meteórico que se recoge en el documental. Hemos resumido lo más importante alrededor de varias frases clave que sus protagonistas pronuncian.
"Quedamos los segundos, mejor que la mayoría de los españoles en Eurovisión"
Con esta frase se refiere Enrique Bunbury al concurso en el que la banda participó en 1986. Con el nombre de 'El nuevo pop español', en Salamanca se congregaron algunos de los grupos emergentes que más sonaban en ese momento en el país. Héroes del Silencio llegaba con un nombre muy destacado en su Zaragoza natal, ya habían sonado en la radio, y eran más que respetados en la llamada 'movida zaragozana'.
En ese momento, ya estaban en el mapa y comenzaron a sonar entre la industria musical. Roberto Durruty y Gustavo Montesano, que entonces formaba parte de Olé Olé, se convirtieron en los primeros productores de la banda. Les ofrecieron grabar un EP, y en base a las ventas que consiguieran, se hablaría entonces de un contrato. Lo superaron con creces, a pesar de que en aquella época se consideraba que los grupos de guitarras estaban obsoletos, que lo que funcionaba era el techno pop.
"Peleábamos para que no nos pusieran bailarinas detrás"
Radios, televisiones, pequeñas salas... Héroes del Silencio comenzaron a sonar en todas partes con su primer disco, publicado en 1987. En sus inicios lo tuvieron claro: no querían dejar su Zaragoza natal ni incluir arreglos para hacer su música más vendible. "No sé si era cabezonería mañana, pero queríamos hacerlo a nuestra manera", dice Bunbury durante su entrevista en el documental.
El mar no cesa fue su primer disco, publicado en 1988, con el que el grupo no estuvo de acuerdo en muchas de las decisiones tomadas, era demasiado blando para ellos. Siempre tuvieron las cosas claras acerca de su sonido y de su puesta en escena, y no querían "una batería amarilla ni bailarinas detrás" como se llevaba en la puesta en escena de la época. "Nosotros queríamos dejar claro que nuestra posición estaba en la oscuridad y en el rock", dice Bunbury recordando sus primeros años.
"Yo sabía que 'Entre dos tierras' iba a abrir todas las puertas"
Esta es la frase con la que se refiere Phil Manzaneda al primer single de su segundo disco. El productor se acercó al grupo y entró a formar parte de su nuevo proyecto, con la intención de hacerlos sonar como hacían en directo. A pesar del ascenso a la fama, los chicos siguieron viviendo en Zaragoza, yendo a los mismos bares, pero poco a poco comenzaron a soñar con salir fuera de España.
Así lo hicieron, en pequeñas salas de varias ciudades de Europa, a la vez que en España ya se habían convertido en grandes estrellas. Esos viajes largos en furgoneta los unieron como una verdadera familia. Participaron en 1991 en un festival contra el racismo en Berlín, donde despegaron y se hicieron muy conocidos en Alemania.
"Lo que hicieron las drogas en los Héroes más que ayudar, fue estropear"
El documental no oculta la siguiente fase de composición de Héroes del Silencio. El espíritu del vino llegó en 1993, fue un grupo más complejo y barroco, fruto de un viaje iniciático que hicieron en La India. Alquilaron una casa cerca de Londres y allí fue donde trabajaron día y noche para sacar adelante su siguiente disco, para lo cual usaron diferentes sustancias para inspirarse y crear nuevos temas. "No es ningún mito que nos ayudamos de drogas para componer", dice Bunbury refiriéndose a Sirena Varada, una de las canciones estrella del disco.
A partir de ese momento, surgieron los primeros encontronazos, fruto de las resacas pero también de las diferencias en relación a la concepción de la nueva música que estaban componiendo.
"A la prensa española le gusta más la polémica que a un tonto un lápiz"
A partir de ese momento, tenían una actitud muy beligerante hacia la prensa, y además no hacían ningún esfuerzo por buscar a la banda. Bunbury reconoce que era una equivocación contestar mal a los periodistas, teniendo en cuenta que era el público el que estaba detrás. Engreídos, contestones... esa era la imagen que la banda tenía durante esta época. El protagonismo del vocalista en las entrevistas comenzó a chocar con la personalidad de Juan Valdivia, que siempre se mantenía en un segundo plano.
El guitarrista Alan Bogulawski, "el fichaje de autoayuda"
Así consideran los críticos que fue la llegada del mexicano como miembro de la banda después de una gira en 1992. Él mismo considera en el documental cuál era su lugar, y era el de desengrasar, el de aportar sangre nueva en un momento en el que había muchas fricciones internas.
Las largas giras, el ritmo frenético y el poco descanso no ayudaron a limar asperezas, sino que contribuyeron a los roces entre los miembros del grupo. El grupo no dejaba de hacer conciertos, pero daban la impresión de estar continuamente cansados.
Para su siguiente trabajo, viajaron a Benasque, en el Pirineo aragonés, para encontrarse consigo mismos y volver a recuperar esa relación de la que tanto habían disfrutado en el futuro. Para grabarlo, viajaron a Los Ángeles y contaron con la producción de Bob Ezrin, que había trabajado con Pink Floyd. Avalancha salió a la venta en 1995 en medio de un ambiente complicado entre los protagonistas.
"Cerrar un trabajo bien es mejor que alargarlo indefinidamente"
El último concierto de Héroes del Silencio fue en Los Ángeles en 199, y duró apenas veinte minutos. En ese momento, la situación era insostenible, y la banda decidió separarse, aunque no lo hicieron público en ese momento. "En quince minutos nos habíamos ido todos del grupo", dice Bunbury.
Diez años después, la banda se volvió a unir para una gira de diez conciertos que fue un auténtico éxito. El último concierto fue el 27 de octubre de 2007 en Valencia, donde 80.000 personas corearon por última vez las letras del grupo, uno de los más importantes de nuestra música.
Daniel Garrán
Jefe de producto de LOS40 Classic