Especial
Asesinan al director de cine y periodista David Beriáin mientras rodaba en Burkina Faso
El periodista había entrevistado a peligrosos líderes de cárteles de la droga, a sicarios y a toda suerte de personajes afiliados a grupos terroristas
Periodista. Reportero. Director de cine. Documentalista. David Beriáin era el ejemplo personificado del profesional polifacético que se desempeña en diferentes áreas dentro del vasto universo de la comunicación. Hacía unas semanas se había trasladado a Burkina Faso junto con el cámara vasco Roberto Fraile (47 años) para rodar para Movistar un documental sobre la caza furtiva. Ha sido allí, en una de las zonas más conflictivas de este problemático país africano, donde ha perecido a manos de unos presunto terroristas junto al resto de acompañantes.
Aún quedan por esclarecer muchos hechos. Beriáin y Fraile iban acompañados de un periodista irlandés cuya identidad aún no ha trascendido. Su única escolta en uno de los territorios más convulsos de África era un soldado burkinés. Los cuatro hombres han fallecido después de que un grupo de insurgentes armados –aún nadie ha reivindicado el atentado– atacasen el convoy en el que viajaban. Fueron secuestrados y ejecutados.
Reporteros Sin Fronteras denunció el trágico desenlace –previa confirmación de la ministra de Exteriores en rueda de prensa– en su cuenta de Twitter: "David Beriáin y Roberto Fraile han sido asesinados cuando preparaban uno de sus grandes reportajes sobre preservación de la naturaleza. Pese a nuestra tristeza, nuestro orgullo por su compromiso con las realidades más difíciles y olvidadas. Que la tierra os sea leve, compañeros".
David Beriáin era un rostro conocido entre los periodistas y reporteros de guerra. Este navarro de 44 años había entrevistado a talibanes en Afganistán, a narcos que trabajaban para los más peligrosos cárteles de la droga en Latinoamérica, viajó a la selva amazónica para denunciar las plantaciones de cocaína clandestinas y cubrió conflictos devastadores como la caída de Trípoli en Libia o la guerra de Alepo en Siria. Era un adicto a la adrenalina. Se adentró en el lado oscuro del ser humano y lo retrató con su cámara, siempre dispuesto a sobrepasar esas líneas que otros nunca se atrevieron a cruzar.
Beriáin trabajó como correspondal internacional de La Voz de Galicia y participó en canales como DMax, Discovery International Networks y hasta fue nominado a un Goya en 2012 por su cortometraje Percebeiros. También dirigió los brillantes documentales Amazonas, el camino de la cocaína y El ejército perdido de la CIA. Muchos de sus proyectos los financió a través de su productora, 93METROS, que gestionaba junto a su esposa, la venezolana Rosaura Romero.