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‘Ven y mira’: la película más terrorífica sobre el infierno del nazismo vuelve a los cines
Filmin reestrena en salas la devastadora cinta de Elem Klimov con motivo de la restauración del negativo original
Cuando en 1985 se cumplían 40 años del aniversario de la victoria del Ejército Rojo sobre los nazis, la Unión Soviética encargó al cineasta Elem Klimov, marido de la difunta directora Larissa Shepitko, una película conmemorativa sobre el triunfo de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, lejos de firmar una oda al comunismo o una película heroica con tintes propagandísticos como Soy Cuba, Klimov rodó una de las cintas más deprimentes, duras, devastadoras y antiheroicas de la historia del cine: Ven y mira.
El título hace referencia al capítulo 6 del Apocalipsis, un pasaje bíblico con el que Klímov asociaba hábilmente las pútridas fechorías del nazismo con el Mal personificado sobre la Tierra. Y no es para menos: Ven y mira es una sucesión de secuencias en las que el joven protagonista, un adolescente partisano llamado Florya, inicia un proceso de deshumanización ante los horrores de la guerra. Lo que comienza como un viaje iniciático en el que el chaval cree adentrarse en una causa justa y heroica (en este caso, la Resistencia bielorrusa contra las tropas de Hitler), acaba convirtiéndose en un insoportable infierno psicológico del que sale alienado, como una cáscara vacía, habiendo perdido su inocencia. El barbarismo injustificable del nazismo lo ha destruido por dentro.
La película se inspira en un hecho real: la masacre de Khatyn (no confundirla con la de Katyn), una sangrienta limpieza étnica auspiciada por las SS-Sturmbrigade Dirlewanger en territorio bielorruso en 1943, durante la ocupación de las tropas nazis. Más de 5.200 pueblos –entre ellos Khatyn– fueron completamente aniquilados por el fascismo durante los años más negros de la Segunda Guerra Mundial. Aldeas de civiles inocentes en las que prácticamente todos sus habitantes fueron ejecutados o, por 'economía de guerra', recluidos en espacios cerrados y quemados vivos, tal y como se muestra en la película, previa tortura o humillación y, en el caso de las mujeres, sufrir toda suerte de vejaciones y violaciones.
Paradójicamente Ven y mira no es una película sangrienta. No muestra vísceras. Apenas hay violencia. En ese aspecto títulos como Salvar al Soldado Ryan son más violentos. Klímov sabía perfectamente que no hacía falta explicitar más aún el sufrimiento: los gritos de las madres y sus hijos ardiendo en el interior de una iglesia, la mirada vacía y embrutecida del pequeño Florya, la abyección de los rostros de los nazis que, sonrientes, violan a adolescentes que aún no son adultas, las imágenes de un montón de cadáveres a lo lejos, apilados tras una casita de madera: todo se sugiere o se muestra en segundo plano. Klímov nunca regodea en el sufrimiento porque no es necesario. La propia historia pesa tanto sobre nuestros hombros que habría sido difícil soportarlo. De ahí que otras películas posteriores sobre el nazismo, como El pájaro pintado, sean más efectistas que realistas y corran el riesgo de caer en la autoparodia. No es el caso de la cinta que nos ocupa.
En Ven y mira el espectador asiste a la deshumanización del individuo provocada por el conflicto bélico. Un terreno de odio y sombras con el que Klímov consigue crear la mejor representación que se haya hecho jamás del infierno bíblico en una película no religiosa. Ven y mira es devastadora, está llena de imágenes incómodas, a veces insoportables, que ningún espectador, por muy curtido que esté, podrá olvidar. No en vano se dice que es la mejor película de terror de todos los tiempos. Aquí no hay sustos, ni sobresaltos, ni sombras, sino una serie de imágenes que sobrecogen por su hiperrealismo y que culminan en un final desesperanzador que, lejos de ensalzar el patriotismo que podía esperarse de una película conmemorativa encargada por la URSS, nos recuerda que el fascismo ha sido una de las grandes lacras de la Humanidad.
A partir del 7 de mayo en los siguientes cines:
- Filmoteca Española de Madrid
- Filmoteca Galicia de A Coruña
- Cines Dúplex de Ferrol
- Cines Numax de Santiago de Compostela
- Filmoteca de Valencia
- Sala Phenomena de Barcelona
- Cinebaix de Sant Feliu de Llobregat
- Zumzeig de Barcelona
- Filmoteca de La Rioja
- Kresala Zinekluba de San Sebastián
- Filmoteca de Cantabria
- Filmoteca de Andalucía en Córdoba
- Cine Palafox de Zaragoza