‘Despierta la furia’: el gatillo fácil de Jason Statham y el gatillazo épico de Guy Ritchie

El director ha perdido la elegancia de 'The Gentlemen', el macarrismo de 'Snatch' y el humor inglés de 'Lock & Stock'

Jason Statham caracterizado como H, el protagonista de 'Despierta la furia' / Imagen promocional (United Artists Releasing)

Despierta la furia es un sinsentido de ultraviolencia vacía. Guy Ritchie ha perdido ese humor negro tan inglés que patentó en Lock & Stock, pulió en Snatch y culminó en películas tan elegantes y entretenidas como The Gentlemen u Operación U.N.C.L.E. Aquí el cineasta sufre el gatillazo de su vida: dirige una película sin personalidad, demasiado ruidosa. No hay peor insulto para un director que decirle que su identidad ha quedado diluida entre tanto ajetreo. En Despierta la furia ya no hay hombres trajeados que fumen cigarrillos ni mafiosos adictos al whisky añejo cuyas tramas se crucen hábilmente con un propósito narrativo; al contrario, solo hay un Jason Statham que hace de Jason Statham en cualquier película de acción de Jason Statham

La película, que se inspira en un thriller francés llamado Le convoyeur (2004), es el prototipo de cine de venganzas personales con mucho tiro y poco seso que perpetúa el rol de 'tipo duro y de malas pulgas' que tanto le gusta a Statham. No pedíamos profundidad psicológica en un actor que a duras penas es capaz de proyectar emociones, pero sí esperábamos que la intrahistoria de Despierta la furia fuera lo suficientemente interesante y que tuviese algo nuevo que contar. Pero no es así. Carece de orignalidad desde esos títulos de crédito que son un copia y pega de los de True Detective hasta su previsible desenlace.

Ritchie ha apostado por la acción cruda y desproporcionada, una historia facilona y simplista de venganzas a fuego lento y el distanciamiento de su personaje protagonista, cuya frialdad parece esconder algún tipo de rasgo psicopático. Y el tiro le ha salido por la culata. El guion vive de la casualidad, del encuentro fortuito, de la suerte; es la pereza narrativa al máximo exponente. Por no importar no importan ni esos personajes maniqueos y desaprovechados que no se sabe muy bien para qué sirven ya que no juegan prácticamente ningún papel en el desarrollo de la acción. Son meras marionetas que tan solo están para ser sacrificadas de manera violenta en escenas que parecen sacadas de un videojuego. Usar, matar y tirar.

Despierta la furia es un desastre. No hay por dónde cogerla. Quizás mi error haya sido pensar que las películas de Guy Ritchie siempre funcionan a todos los niveles, gusten más o menos sus temáticas y personajes. Pero aquí no encuentro más que un popurrí de escenas de acción con, insisto, una violencia injustificada y malvada, sin personalidad, protagonizadas por un actor que no proyecta ningún tipo de emoción y que está rodeado de un tornasol de personajes grises y aburridos.

Despierta la furia se estrenará en cines el 28 de mayo de 2021.