Especial
Graceland, 20 años de la vida de Elvis Presley
Esta es la historia de una de las casas más reconocidas del mundo
Desde hace casi 40 años, Graceland es la segunda casa más visitada de América. Solo la supera la Casa Blanca. Cada año, desde que se abriera al público en junio de 1982, la mítica mansión de Elvis Presley recibe más de 650.000 turistas. Es una visita obligada para los fans del ‘rey del rock’, que acuden en peregrinación. Algunos, los más devotos, repiten. Es natural, también para los menos fans, querer rodearse por unas horas de las habitaciones, la sala de juegos, la cocina, el gimnasio o el bar, en los que su ídolo vivió 20 años. Casi media vida.
Graceland era, en realidad, la segunda casa que Elvis compraba para su familia. Justo un año antes había adquirido un rancho de cuatro dormitorios en una zona residencial de Memphis, pero en poco tiempo fue invadido por multitud de fans, mirones y fotógrafos que se congregaban a las puertas mañana, tarde y noche.
Presley necesitaba privacidad. Quería un lugar que le mantuviera alejado de sus seguidores y en el que pudiera descansar junto a su familia. Les encomendó la tarea a sus padres, y fueron ellos quienes descubrieron una mansión colonial a las afueras de Memphis de la que se quedaron prendados. Pagaron un depósito en metálico de 1.000 dólares sobre el precio total de 102.500 dólares (hoy en día superaría los 900.000 dólares).
El 19 de marzo de 1957, cuando Elvis Presley se convertía en el propietario de Graceland, tenía solo 22 años.
Además de ser la residencia del artista, también lo fue de sus padres y de su abuela, Minnie Mae. El 16 de mayo de 1957, mientras Elvis rodaba Jailhouse Rock, su familia se trasladó a la nueva vivienda. Él lo hizo más de un mes después. La primera noche que Elvis Presley durmió en Graceland fue la del 26 de junio de 1957. Desde entonces, vivió allí durante casi media vida. Y también allí le sobrevino la muerte, en el cuarto de baño de su dormitorio, el 16 de agosto de 1977.
La tía Grace
La mansión de estilo colonial renacentista que compró Elvis había sido construida en 1939 por el matrimonio formado por Dr. Thomas y Ruth Marie Moore. Fueron ellos quienes le pusieron el nombre de Graceland ('Tierra de gracia') en honor a la tía de Ruth, Grace Toof, cuyo padre era el propietario original del terreno, utilizado para la agricultura.
Así que Elvis, además de comprar la propiedad, se quedó también su nombre.
Graceland es la vida de Elvis
Graceland recoge la historia de Elvis, la de su vida familiar y musical. El lugar está imbuido de su personalidad. Ya antes de que la familia se instalara, empezó a remodelarla y adaptarla a su gusto. Lo primero que hizo fue cambiar las puertas de la entrada y poner unas de hierro forjado con notas musicales. Son, quizá, uno de los elementos más icónicos del lugar. La propiedad del ‘Rey del Rock’, de 23 habitaciones incluidos ocho dormitorios y baños, nunca dejó de renovarse.
Pero, aparte de las famosas habitaciones que Elvis construyó (como la de estilo hawaiano Jungle Room) de la decoración con muebles Luis XIV del salón principal, o de las paredes color púrpura del comedor o de la sala de estar, Graceland contiene detalles poco conocidos de la vida del ‘rey’, que nos acercan mucho más a él.
La lista de la compra
Era conocida su pasión por la mantequilla de cacahuete, las bananas o los sandwiches de bacon. Pero, además, demandaba otras muchas 'golosinas'. Graceland contiene una extensa lista de productos que Presley quería tener a mano "a todas horas, cada día". En su lista de la compra (que suponía aproximadamente unos 500 dólares semanales) se incluía: una caja de latas de Pepsi, una caja de refrescos de naranja, al menos seis paquetes de galletas, latas de chucrut, pudding de banana (recién hecho), ingredientes para hacer pastel de carne y salsa, brownies, helado vainilla y chocolate, coco rallado, galletas de dulce de leche o chicles (de hierbabuena, de menta, de fruta, tres de cada).
Si se le antojaba cualquier cosa en particular, mientras estaba cenando, tenía un timbre conectado con la cocina bajo la mesa.
Su chimpancé Scatter
En Graceland vivían perros, patos, gallinas, caballos, y burros o un pavo llamado Bowtie. Elvis también tenía una mascota muy traviesa, un chimpancé al que había bautizado con el nombre de Scatter. Le encantaba bajar las faldas de las mujeres y, a pesar de su mal comportamiento, Presley le adoraba y le vestía con elaborados trajes. Una de sus bromas favoritas era conducir por Memphis con Scatter en el asiento delantero. En los semáforos, Elvis se escondía y parecía era el mono el que estaba conduciendo.
El último disco que escuchó “sigue en el tocadiscos”
Actualmente, el dormitorio de Elvis Presley en la planta superior, se mantiene cerrado al público. El cuarto no ha cambiado nada desde que Elvis falleció. "Parece como si todavía estuviera allí. El disco sigue en el tocadiscos, es el último que escuchó. Hay una taza de poliestireno sobre una estantería. La cama está hecha", cuente Angie Marchese, vicepresidenta de los archivos y del museo Graceland. El disco es un acetato que J.D. Sumner y los Stamps le enviaron poco antes de grabarlo.
El pasadizo secreto de Graceland
También hay un pasadizo secreto y una habitación en la parte interior de la propiedad. Lisa Marie Presley lo mostró en el programa de Oprah Winfrey, aunque no desveló cómo llegar hasta allí. “Es muy agradable estar aquí. Nadie sabe que existe. Todo aquí, incluso la casa, es como una pequeña cápsula del pasado. Nada ha cambiado”. Esta zona ‘top secret’ de Graceland está repleta con las posesiones más preciadas de Elvis: joyas, una colección de gafas o todo un surtido de monos que el ‘Rey’ vistió en sus conciertos. Además, Presley coleccionó y almacenó en torno a 60.000 fotografías, que están ocultas en la habitación.
El rincón más emotivo de la propiedad es el Jardín de la Meditación, donde reposan los restos de Elvis Presley, de sus padres y de su abuela. Hay también una pequeña piedra en honor al hermano gemelo de Elvis, Jesse Garon, que falleció al nacer.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop