La azafata de ‘La ruleta de la suerte’ la lía al intentar desvelar dónde estaba el coche

Laura Moure se confundió en la prueba final y dejó un gracioso momento al despedir el programa

Laura Moure, azafata de 'La ruleta de la suerte desde 2015. / Antena 3

Si hay algo que hace especial a La ruleta de la suerte, aparte del carisma de Jorge Fernández y de su particular orquesta musical, es la presencia de su azafata. Laura Moure es la encargada de descubrir las letras de cada panel y también quien, al final del programa, revela en qué parte de la última ruleta se encuentra el premio más suculento y deseado: el coche.

Moure comenzó con estas labores hace ya 6 años, sustituyendo a Paloma López, que había estado al frente desde el arranque de la actual etapa del concurso en el año 2006. Y lo consiguió en buena medida gracias a su buena experiencia ante las cámaras: también es modelo y actriz, llegando a aparecer en míticas series de televisión como Hospital central o Al filo de la ley.

A pesar de este bagaje, el pasado sábado demostró que equivocarse es humano y protagonizó un cierre de programa un tanto accidentado. Sara, la concursante que llegó a la prueba final de La ruleta, sumó 2.000€ más a la cantidad que había conseguido hasta ese momento, pero no pudo hacerse con el ansiado coche. Como es habitual, Laura bajó del estrado del panel para que la aspirante conociera dónde se escondía, y con una gran seguridad arrancó un sobre rojo de la rueda.

"Rojo que te cojo", decía con sorna. Pero la sorpresa llegaba después al descubrir que lo que había tras ese sobre eran 3.000€. La reacción del presentador y de la azafata fue de lo más natural, aunque la confusión reinaba entre los allí presentes. Entre las dudas, el pinganillo salvó el momento: el gran premio se escondía en un sobre azul.

"Así de mal acabamos La ruleta de la suerte", exclamaba Moure tras su metedura de pata. Su compañero trataba de quitar hierro al asunto sumando esos 3.000€ al coche, de modo que el resultado fue un momento televisivo de lo más simpático. ¡El que tiene boca se equivoca!