7 motivos por los que ‘Loki’ es la serie más brillante del universo Marvel
El 9 de junio aterrizó en Disney+ la nueva ficción protagonizada por Tom Hiddleston y Owen Wilson, un spin-off sobre el malvado villano asgardiano de 'Thor'
Loki tiene más de ese universo surrealista de Brazil que del resto de películas del Universo Cinematográfico de Marvel. Su tono es claramente retro, como lo fue parte de Bruja Escarlata y Visión, y si funciona tan bien es por dos cuestiones: primero, por el diseño de producción, que apuesta por hacer guiños a esa estética setentera tan atractiva para el público contemporáneo, donde se combinan los insufribles armatostes tecnológicos que introdujo Terry Gilliam en sus distopías con ese aire vintage con el que Kate Herron, la directora, parece querer insuflarnos contadas dosis de nostalgia.
Segundo, por los carismáticos Tom Hiddleston y Owen Wilson, el tanden cinematográfico del año, y, en especial, por el personaje al que da vida el primero, Loki, un villano con muchas aristas, prototipo confeso de hombre débil que debe infundir el terror para ocultar su propia mediocridad. ¿Qué hay más entrañable que un antihéroe atormentado? ¿No se forjan así, comprendiendo sus limitaciones, los verdaderos héroes?
El primer capítulo de Loki (puedes acceder a tu suscripción en Disney+ y verla aquí) ha sido suficiente para entender que la Fase 4 del MCU es también una fase de madurez. La compañía sigue apostando por la originalidad, los diálogos y el desarrollo psicológico de sus personajes frente al espectacularismo visual de otras de sus superproducciones anteriores. Las escenas de acción vienen precedidas de largos diálogos que dan relieve a los protagonistas, lo cual consigue crear un tono serio relativamente atípico en este tipo de superproducciones, y esa maceración de la trama, el construirla a fuego lento, consigue que se refuerce el vínculo que establecemos con los personajes y la historia.
Si a eso le añadimos unos efectos digitales de escándalo, la serie se convierte en uno de los nuevos buques insignia de Marvel, apta tanto para marvelitas, que adorarán encontrar las innumerables referencias al resto de fases del MCU, como para aquellos que por primera vez deciden subirse al barco de los superhéroes y, aunque no entienden muy bien de qué va todo esto, se dejan llevar por la calidad de todo lo que están viendo.
7 motivos para verla
- Sus protagonistas. Tom Hiddleston y Owen Wilson están fantásticos, tanto como el reparto femenino menos conocido, con Sophia Di Martino y Gugu Mbatha-Raw a la cabeza.
- Introduce un personaje que después podría unir el universo de Loki con el de Ant-Man: el de la jueza Ravona Ranslayer, al que da vida Gugu Mbatha-Raw, lo que podría servir como punto de partida para una nueva expansión del universo Marvel. ¿No os suena a Doctor Extraño todo esto del Multiverso?
- Aunque se recomienda haber visto al menos la saga de Los Vengadores y las películas de Thor para entender todas las referencias, Loki vuela por sí sola y se puede disfrutar como un universo de ficción aparte. Los menos marvelitas se dejarán llevar tanto como los fans del MCU.
- La ambigüedad ética y moral de Loki, a quien siempre tuvimos por un villano entrañable, pero que desde el primer capítulo se define a sí mismo como un hombre-dios débil que debe infundir el terror para sentir que tiene el control. La humanización del personaje lo hace más accesible.
- El diseño de producción es brutal. Los decorados, la fotografía, los efectos visuales: todo funciona a la perfección para recrear ese universo ajeno al espacio-tiempo que parece sacado de una película de ciencia-ficción distópica de los años ochenta.
- Precisamente todos esos elementos algo anacrónicos nos insuflan esa dosis de nostalgia vintage que tanto nos gusta en este tipo de producciones y que ya vimos en Bruja Escarlata y Visión.
- Su humor contenido. El villano asgardiano siempre fue un tipo irónico con mucha gracia, pero aquí Tom Hiddleston da rienda suelta a su creatividad, a esa sonrisa ególatra que tan bien se le da poner. Es un personaje tan divertido que es difícil no sentir cariño hacia él.