Artistas británicos piden una regulación justa de la música en streaming

Músicos como The Rolling Stones o Peter Gabriel han solicitado medidas urgentes para cambiar las condiciones de cobro por las escuchas

El cantante Mick Jagger, durante un concierto de The Rolling Stones en 2019. / Kevin Mazur (Getty Images)

La nueva forma de consumir música a través de las plataformas de streaming ha transformado por completo el modo en que los artistas reciben dinero por sus canciones y lo cierto es que se han desvelado distintas sombras en lo que respecta a este sistema de cobros. Tanto es así que músicos de la talla de Stevie Nicks, The Rolling Stones o Robert Johnson, todos ellos británicos, han puesto en evidencia la problemática a través de un comunicado destinado al primer ministro inglés, Boris Johnson.

En éste, firmado por más de 200 artistas entre los que también se encuentran Peter Gabriel, Jimmy Page, Van Morrison o Lily Allen, realizan una petición abierta en la que acusan a conocidas plataformas como Spotify o Apple Music de no estar abonando las cantidades monetarias que se merecidas a los grupos y bandas cuyos repertorios se ofrecen en ellas.

Además de poner en evidencia lo molestos que se sienten con estas políticas de pagos, buscan una implicación no solo nivel nacional sino también ciudadano, ya que se ha puesto a disposición de los usuarios una petición en change.org que a todas luces logrará su cometido. Además, cuentan con el apoyo de Naciones Unidas a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, que busca proteger estas obras musicales.

Junto a los artistas y este representante de la ONU, apoyan la solicitud otras compañías como Ivors Academy, Broken Record Campaign y Music Producers Guild (MPG). Todos ellos preceden el texto enviado a Johnson, en el que se expone que “la ley no ha seguido el ritmo de los cambios tecnológicos y, como resiltado, los intérpretes y compositores no cuentan con la misma protección con la que sí cuentan en otros medios como la radio”.

Asimismo, se incide en el descenso de los ingresos obtenidos por las giras (su principal fuente económica desde el descenso de ventas de copias físicas), así como que la mayoría de los músicos “recibe pagos ínfimos por la música en streaming, además de que los músicos de sesión no reciben nada en absoluto”, se puede leer en el texto.