¿Por qué ‘Seven Nation Army’, de The White Stripes, es un himno mundial?
Hay varias teorías sobre el origen de esta expansión
Cuando una canción se convierte en un himno que todo el mundo cree saberse no es solo mérito del artista, sino también de los miles de personas que se encargan de corear a viva voz dicha obra musical. No tiene qué ser, ni mucho menos, una creación original ni virtuosa: con tal de que perdure en la memoria de quien lo escucha es suficiente.
Puede que en eso pensara Jack White cuando comenzó a componer la canción que llenaría estadios sin la necesidad de que éste enchufara su guitarra. O puede que no, porque el artista, a pesar de su ambición, nunca ha deseado acercarse a lo conocido como mainstream ni verse reflejado en este término. Las casualidades existen y que Seven Nation Army se haya convertido en un sencillo “Lo lo lo lo lo loooooo lo” tiene un origen muy particular.
Era julio de 2006, año en que se celebraba la Copa Mundial de Fútbol e Italia apuntaba como clara ganadora. Tras superar a Alemania, la Selección del país vecino logró llegar a la final. En ella, se enfrentó a la también vecina francesa y logró alzar la copa aquel nueve de julio mágico. Tras una celebración por todo lo alto, los jugadores italianos regresaron a su país natal para seguir la fiesta junto a sus compatriotas.
Casualidades... las justas
Por entonces, The Rolling Stones estaban en plena gira para promocionar A Bigger Bang, álbum con el que viajaron por gran parte de Estados Unidos, Latinoamérica y Asia. Su primera fecha europea tenía lugar un día después de la llegada de los vencedores a Italia y aprovecharon la ocasión para contar con dos invitados muy especiales durante su concierto en el estadio de fútbol San Siro de Milán.
Se trataba de Alessandro Del Piero y Marco Materazzi, que hacía dos días se habían hecho con la victoria frente a Francia y querían complacer a los seguidores de Sus satánicas majestades con su presencia. En un momento del concierto, el delantero y el defensa se subieron al escenario micro en mano para dedicar unas palabras. Aprovechando que estaban frente a miles de personas, los futbolistas aprovecharon para empezar a cantar una canción.
Aunque cabría esperar que se decantaran por uno de los muchos éxitos que atesora la banda británica (desde Paint It Black hasta Gimme Shelter o Under My Thumb), los deportistas se dejaron llevar por la emoción y entonaron un tema ajeno a Keith Richards y compañía. En otra lengua, pero con el famoso ritmo de la canción de The White Stripes, comenzaron a cantar esta famosa canción que rápidamente contagiaron a los aficionados.
El momento, con el que The Rolling Stones cerraron su actuación en Milán, pasó a la historia y encumbró Seven Nation Army a lo más alto, convirtiéndola en el himno no oficial de los encuentros futbolísticos. No obstante, muchos apuntan a que ésta no fue la primera vez que la afición de un equipo de fútbol hizo suya esta canción ajena al ámbito deportivo.
Un origen indefinido
Al parecer, fue el mismo año en que se publicó Elephant, el disco que contenía esta canción, cuando los belgas hicieron lo propio con este tema. Era 2003 y los hinchas del Club Brujas se habían reunido en un bar de esta ciudad para disfrutar el partido de la Liga de Campeones entre dicho club y el AC Milán. Esa noche fueron los italianos quienes perdieron ante el equipo belga y su afición lo celebró interpretando a su manera esa canción que había sonado tiempo antes del gol del triunfo.
Lo cierto es que es igual de complicado saber cuál fue la fecha exacta en que el corte con el que arranca el que podría ser el mejor disco del grupo rojiblanco que conocer el motivo por el que hoy es indisociable de eventos masivos. El guitarrista lo sabe y, por eso, suele cerrar sus conciertos en directo con la canción, ante un público desbocado que, fuera de contexto, reaccionaría de la misma manera. Nunca unas líneas falsas de bajo han sido tan auténticas… ni tan rentables.