Especial
Te echaremos de menos, Carlos
"En los momentos de celebración se lanzaba al ruedo para invitar al brindis y en las situaciones delicadas no escapaba al pánico", recuerda el director de Cadenas Musicales de Prisa Radio
Solo han pasado unas horas y seguimos esperándole. Su mesa permanece limpia. Recogió sus papeles el viernes y se fue con la cabeza llena de ilusión por una temporada que iba a arrancar con toda la energía y la ilusión que solo él era capaz de trasladar al equipo.
Hacía mucho tiempo que no le veía tan feliz. Vivió una cuarentena solo y, desde el primer momento que le fue posible, vino como un rayo a la radio. “Necesito estar aquí”, me comentaba cada vez que nos cruzábamos en una redacción raramente vacía. “No te preocupes Vicent, todo está controlado. Los chicos de Anda Ya están viniendo con todas las precauciones y los turnos están saliendo perfectamente”.
Siempre valoraré eso de él, su ánimo por hacer feliz a todo el mundo. No entendía el trabajo sin ilusión
Este rey de espadas era Carlos Lorente, a quien el día que le comuniqué que iba a ser designado subdirector de LOS40, echaba a llorar de ilusión. “No sabes lo feliz que estoy ahora mismo. Es el sueño de mi vida. Gracias por confiar en mí. No os voy a defraudar”. No fue una decisión difícil. Todos sabíamos de su valía. Siempre estaba ahí. En los momentos de celebración se lanzaba al ruedo para invitar al brindis y en las situaciones delicadas no escapaba al pánico.
Siempre valoraré eso de él, su ánimo por hacer feliz a todo el mundo. No entendía el trabajo sin ilusión. También cuando las cosas iban mal. Ordenaba sus papeles, los colocaba en la carpeta y se sentaba junto a Toni Sánchez para impulsar la radio, para hacerla funcionar. Tenía su confianza y la de todos los que formamos parte de este proyecto tan bonito. Era consciente de esto y lo pagaba con responsabilidad mayúscula. Ante cualquier reto, se ponía al frente.
Su partida llega en un momento de su vida muy dulce. Estaba muy ilusionado con su vida personal y familiar. Sus sobrinos eran su legado, su hermano su hombro. Quería dejar su huella, su amor por la música y el cine, por la tolerancia, la constancia y el buen trabajo. Vivía por los demás.
El viernes salía de la radio con todo su trabajo hecho, sus mensajes de apoyo y disponibilidad a los coordinadores para que el fin de semana saliese sin problemas. Todo en orden para una semana que se presentaba ilusionante de nuevo. Se fue y dejó cientos de corazones rotos, amor y respeto por todos sus compañeros y, por supuesto, como siempre, su mesa limpia.
Te echaremos de menos Carlos.