Beyoncé: El arte de caerse y levantarse como si nada hubiera pasado
En 2007, la cantante americana se había embarcado en su tercera gira: The Beyoncé Experience, que fue más accidentada de lo previsto
Beyoncé ha sufrido mil y un percances en sus conciertos a lo largo y ancho del mundo. Tantos, que ya ha perdido la cuenta. Ella no es una artista estática que se limite a ir desgranando canciones, una detrás de otra, pegada al micrófono. Sus actuaciones son puro espectáculo. Impresionan sus sofisticados pasos de baile y sus enérgicas coreografías. Por eso, entra dentro de lo posible que alguna vez pierda el equilibrio, tropiece... o caiga rodando escaleras abajo. Eso es lo que le ocurrió el 24 de Julio de 2007, en Orlando. Tan estrepitosa fue la caída que hasta la CNN la incluyó en su informativo.
En 2007, la cantante americana se había embarcado en su tercera gira, llamada The Beyoncé Experience, con la que presentó su segundo álbum B'Day (2006). A lo largo del año realizó 96 conciertos. Empezó en Tokio (el 10 de Abril), pasó por Europa (con conciertos en Madrid y Barcelona), y entre Julio, Agosto y Septiembre, recorrió Estados Unidos. Su última actuación fue el 12 de Noviembre en Taipei (Taiwan). La crítica alabó el talento de Knowles, tanto sus habilidades vocales como sus coreografías y su energía sobre el escenario. Pero durante el tour, la artista sufrió varios incidentes. El de Orlando fue el más sonado.
Rodando escaleras abajo
El 24 de Julio, Beyoncé hizo su concierto número 50 de la gira en el Amway Arena de Orlando (Florida). Todo transcurría con normalidad, el show estaba siendo “absolutamente brillante”, como diría la crítica. Durante el espectáculo, la artista estuvo arropada por una banda femenina, llamada Suga Mama, que cantaba y bailaba mientras ella se cambiaba de vestuario. En el escenario se había instalado una alta escalera sobre la que estaban dispuestos los músicos y se ejecutaban las distintas coreografías.
Después de una pausa, en la que su grupo Suga Mama hizo el número Jailhouse confessions, apareció Beyoncé con nuevo atuendo en lo alto de la escalera. Llevaba un largo vestido rojo abierto… y sus inseparables tacones altos. Empezó a cantar Ring the alarm, segundo single de B'Day, y a bajar peldaños girando la cabeza y moviendo su larga melena de un lado a otro. Y entonces, inesperadamente, perdió el equilibrio y cayó de cabeza rodando… aproximadamente una docena de peldaños. Al parecer, tropezó con el vestido o dio un traspié.
Inmediatamente después, dio un salto, se levantó y continuó cantando. Dignamente. Como si no hubiera pasado nada. Previamente, recuperó el micrófono que se le había escapado de la mano durante la caída.
El dedo amenazador de Beyoncé
Cuando el concierto terminó, Beyoncé apuntó con un dedo amenazador al público y pidió que por favor no colgaran en Youtube la caída. Por supuesto, a la mañana siguiente, el vídeo circulaba con celeridad por Internet. A la cantante no le quedó más remedio que aceptarlo: “Por supuesto, eso es justo lo que esperaba".
Su representante declaró en la edición digital de la revista People que solo había sido “una pequeña mancha en su actuación”. Sin embargo, fue una mancha con una gran trascendencia. Tanta, que se consideró noticia de interés y la CNN la incluyó en sus informativos.
A la artista le ha dejado huella aquella gran voltereta en Orlando, y aseguró después que realmente fue tan “mala” que si no se hubiera puesto en pie inmediatamente no habría podido finalizar el show.
Las otras caídas o enredos de Beyoncé
En sus actuaciones, Beyoncé ha perfeccionado el arte de cantar y llegar a las notas más altas mientras sigue cada paso de las coreografías. Paralelamente, domina otro arte: el de caerse o enredarse o perder el equilibrio… y rápidamente levantarse y seguir con elegancia. Como si nada hubiera pasado. Estos son algunos ejemplos:
En el último concierto de la gira Mrs. Carter World Tour de 2014, en Lisboa, Beyoncé se disponía a aparecer sobre el escenario cuando, subiendo el último escalón, tropezó y se cayó al suelo. Pero no se inmutó. Se levantó y ofreció un espléndido concierto.
En ese mismo tour, durante un show en Montreal, su melena se enredó en un ventilador que había sobre el escenario cuando cantaba Halo. Sus escoltas, salieron rápidamente a liberarla del aparato. Mientras, ella siguió cantando y clavando cada nota, sin inmutarse. Incluso le hizo gracia la situación y colgó una foto en su Instagram.
También en la Super Bowl de 2016, perdió el equilibrio en uno de sus movimientos coreográficos y estuvo a punto de acabar con sus posaderas sobre el suelo. Afortunadamente pudo salvar la situación y evitó la caída que hubiera sido presenciada por 130 millones de espectadores.
En 2018, durante su actuación junto a Destiny's Child en el Festival Coachella, en California, la diva se cayó cuando cogía en brazos a su hermana Solange. Acabaron las dos tiradas en el escenario… muertas de la risa. Afortunadamente a la diva no le falta sentido del humor.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop