Gael García Bernal: un actor muy político enredado en las pesadillas de Shyamalan

Gael García Bernal ha dicho en varias entrevistas que «el cine debe ser poesía», que faltan poetas en el mundo. Su experiencia junto a Pablo Larraín en Neruda, el biopic sobre el genio chileno, probablemente le dejó esa impronta y le cambió la forma de ver y relacionarse con la vida y las palabras. En su forma de expresarse podemos encontrar siempre a un hombre inteligente, calmado, muy cercano y risueño. Siendo uno de los actores mexicanos más famosos del planeta, probablemente a muchos les choque su humildad.

El artista suele combinar sus papeles en cintas latinoamericanas con producciones internacionales, muchas de ellas rodadas en Estados Unidos. Su última producción, sin ir más lejos, la ha firmado de la mano de M. Night Shyamalan, el legendario director de El Sexto Sentido y El Protegido. Con Tiempo el cineasta ha construido una laberíntica pesadilla que a primera vista parece una película de terror o un thriller con tintes de ciencia-ficción, pero detrás esconde un mensaje muy relevante que trasciende al espectador.

«Imponer una especie de simbolismo tan explícito me da un poco de pudor porque siempre prefiero que las películas hablen por sí mismas y que generen más interrogantes que respuestas», explica Bernal a LOS40 en relación a Tiempo. «Pero lo que sí es interesante es que la película la hicimos en un momento de altísima incertidumbre. Para nosotros representó una bocanada de aire fresco: aislarnos, estar descalzos y sin tapabocas durante mucho tiempo. También representó un lugar donde pudiésemos sublimar lo que veníamos viviendo. Estábamos muy cargaditos» nos dice al otro lado de la cámara.

La pandemia, como a todos, le afectó personal y profesionalmente. «El tiempo transcurrió de forma distinta para todos y todas. Quizás no empíricamente... pero sí en cuestión de percepción. Lo que me sorprendió es que la pandemia me diera la oportunidad de ver las plantas crecer, algo que nunca hice en mi vida» explica, con una sonrisa. «Cuando nos planteamos hacer esta película vimos que había mucho que contar, mucho que decir. Hay ahí algo de una experiencia compartida con toda la humanidad. Las películas que se están haciendo en este momento, y en concreto estas que hablan del transcurso del tiempo, pueden aportar muchísimo, generar más inquietud o incluso elaborar alguna disquisición al respecto, que para eso están las instituciones artísticas».

Un actor muy político

Gael García Bernal se hizo mundialmente famoso por protagonizar en el año 2000 Amores Perros, el brutal debut de Alejandro González Iñárritu en el panorama cinematográfico mexicano. Considerada hoy una obra de culto por cualquier cinéfilo, esta película no solo fue el pistoletazo de salida de la prolífica carrera de Bernal, sino que marcó un antes y un después en la cinematografía mexicana y en la visión que el actor tenía del cine. «Parte del atractivo de Amores Perros era que presentaba una geografía nueva para muchas personsa en el mundo, incluso para nosotros. Era un mundo distinto. Eso lo vuelve intrínsecamente político».

«Político» es la palabra es clave para definir la carrera de Bernal. Para él una película debe ser política. Prácticamente todo el cine en el que ha participado tiene alguna connotación de este tipo. Hasta en Tiempo, aunque no revelaremos spoilers. «El trasfondo político es una constante en muchas películas en las que he participado, pero es algo que naturalmente tiene que ver con quién soy yo. No es que yo piense 'ah, esto es algo político', sino que hay algo que naturalmente sale de quién es uno».

Él no lo busca: lo político le encuentra a él. Eso, y la calidad del director o directora con el que va a trabajar. «Eso es lo que me convence para hacer una película... y la parte humana. Con quién me voy a llevar bien, a elaborar una dinámica de trabajo o un discurso creativo interesante. Eso es lo que a final de cuentas me convence».

Tiempo se está en cines desde el 30 de julio de 2021. La película la dirige M. Night Shyamalan y la protagonizan Gael García Bernal y Vicky Krieps.